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Bajo la fachada de independientes e inescrutables, los gatos son libros abiertos que demuestran lo que sienten y experimentan por medio de su comportamiento y pequeños gestos diarios. Existen numerosos estudios que desarrollan las teorías sobre cómo los gatos se comunican con los humanos, aunque cada felino es un mundo y su comportamiento se adapta en muchas ocasiones según el ambiente concreto en el que se críe.
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Todo comienza al nacer
Los gatos que son separados muy pronto de su entorno materno tienen menos herramientas de comunicación. Aunque parezca sorprendente, es en sus primeros meses de vida cuando la madre ejerce un papel educativo y comunicativo muy importante en el desarrollo del felino como ser social.
El hecho de que las camadas sean numerosas, y los gatitos demanden alimento, cariño y atención, hace que la madre deba inculcar nociones de orden y comportamiento que, en gran medida, son de por sí instintivas pero que se instauran y asientan también con la repetición.
Se ha demostrado que los gatos que permanecen junto a su madre y hermanos durante más tiempo adquieren más costumbres de esa camada que no tendría si se hubiera desligado antes, y en su gran mayoría son conceptos aprendidos entre los que se encuentra el cariño.
Por esta razón, los gatitos que son trasladados pronto fuera del entorno materno pueden desarrollar ciertas dosis de estrés y algunos problemas relacionales, porque la maternidad no se basa solo en la lactancia desde un punto de vista alimenticio, sino que los vínculos sociales de los lactantes se establecen de forma relevante en ese micromundo que se forma mediante el vínculo de la camada.
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El gesto definitivo que comunica amor de gato
Los gestos que denotan amor están relacionados con la morfología de cada ser y de las pautas importantes que delimitan su personalidad. Por ejemplo, los gatos son puramente territorialistas y utilizan su mirada para generar tensión, advertencias o retos. Mirar fijamente para ellos es un gesto belicoso, y devolverles la mirada puede iniciar una guerra. Su mirada es muy importante aunque generalmente la utilizan más bien para llamar a la contienda que para expresar amor.
Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature determina que cuando los gatos parpadean de forma lenta están expresando amor. Entendiendo etnológicamente que amor es una expresión animal de calma, confianza, bienestar e intimidad. En cierta medida sería interesante aprender que en el caso de los animales el amor es una expresión con un significado que a veces se nos olvida a los humanos, que no denota posesión ni una promesa de futuro, sino que se basa en la felicidad del ahora provocada por un equilibrio entre confianza y cuidados.
Cuando los gatos parpadean de esta manera, entornando sus párpados lentamente insinuando una duermevela, se determina que están expresando afecto pues sus ojos entrecerrados son un signo inequívoco para un felino de entrega y paz.
Los gatos mantienen un código en el que su mirada expresa reto, sin embargo al parpadear de esta manera están evadiendo focalizar su mirada, manteniendo un contacto visual que da la vuelta a la tensión que expresa comúnmente y la torna en vulnerabilidad. Dicho en resumidas cuentas: el parpadeo lento felino podría significar “dejo de observar mi entorno, porque sé que tú estás ahí para protegerme”, lo cual es un piropazo viniendo de un gato.
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Tú también puedes responder
Como antes explicamos, los gatos acaban adoptando y reforzando expresiones de repetición basadas en su entorno, como cuando los pequeños gatitos de una camada replican los gestos de su madre. De esta forma, tú también puedes contestar al gato cuando te exprese sus sentimientos y emociones al parpadear lentamente, tú también puedes hacerlo.
Lo interesante de esta expresión felina es que implica contacto visual, por tanto está abierta a una respuesta, pues su mirada está puesta en ti, pero no en cualquier parte de tu cuerpo, sino que generalmente el gato parpadea enfocando su mirada a tus ojos. Si en ese momento tú también parpadeas lentamente, el gato sabrá que es mútuo.
El amor implica vulnerabilidad y confianza
Los gestos felinos (y también caninos) que denotan amor son aquellos que ponen de manifiesto la vulnerabilidad del animal frente a nosotros y la relación de corresponsabilidad a la hora de defenderse. En clave animal, la defensa siempre es un tema candente, aunque sean mascotas domésticas que nunca se vean en apuros, sin embargo de forma instintiva las pautas y bioritmos que rigen sus vidas están relacionadas con algo tan básico como cazar y defenderse.
Cuando un gato se tumba boca arriba mostrando la tripa, está expresando también vulnerabilidad, pues siempre que un mamífero deja su estómago desprotegido es señal de total confianza y entrega. Lo cual también ocurre de forma similar con los perros. Trasladando este concepto a los humanos, podemos aprender que sentir amor no es una cuestión material, ni de promesas de futuro ni de etiquetas relacionales, simplemente es es feliz.