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Curiosidades

¿Qué ve tu perro o gato cuando mira a la tele?

Tanto perros como gatos tienen en común que no perciben la velocidad de los vídeos de la misma forma que los humanos, eso hace que la imagen que ellos ven sea diferente a la que vemos nosotros.


Actualizado 10 de enero de 2022 - 11:11 CET

Muchas veces habrás pillado a tu perro o gato mirando hacia la tele demostrando un interés similar al tuyo por la última serie de Netflix. En ese momento nos embarga cierta ilusión porque tal vez él también esté atento a la trama, al fin y al cabo pasan tanto tiempo a nuestro lado que no sería extraño contagiarles también del placer por las series.

Sin embargo, se ha demostrado en diversos estudios que los perros y gatos no perciben la televisión y el resto de pantallas como lo hacemos nosotros. Esto tiene que ver con varias cuestiones entre las que destacan su percepción cromática (como ven los colores), su percepción espacial (como captan el movimiento) y sus instintos de atención (qué es lo que les interesa).

A los perros les gusta más Netflix que a los gatos

Tal vez es bastante común que tu perro se quede acurrucado junto a ti y mire hacia donde miras, una serie en la tele. Lo hace como acto de imitación, si tú te pasas horas mirando hacia delante en el sofá: será por algo. Desde un punto de vista de comportamiento, el perro se adapta a tu estilo de vida, incluso a esto. Sin embargo, no entiende nada. Que mire hacia delante está influido en gran medida porque el diseño y disposición del sofá, sillón o cama: incitan a mirar hacia delante, y si lo que hay ahí es una tele, el perro la mirará. A veces la explicación más sencilla es la más realista.

Antes de explicar qué ven y qué entienden los perros cuando miran un televisor habría que detenerse a comprender cómo funciona la televisión y el cine, que son posibles porque muestran una serie de imágenes veloces por segundo: entre 24 y 60 fotogramas. Como los dibujos animados más primarios, así funciona el vídeo, todas esas imágenes puestas una detrás de otra a gran velocidad nos dan la sensación de que estamos viendo objetos y personas en movimiento, pero no es un movimiento real, sino que generan esa ilusión.

Toda película que vaya a menos de 24 imágenes por segundo nos parecerá ralentizada, no nos dará la sensación de que está en movimiento, sino que es una sucesión de fotos a trompicones. Por eso, en un momento dado de la historia del cine se terminó que el número mínimo de fotogramas con los que podían componerse las películas eran 24. Y cuando se han elevado ha sido para generar aún mayor percepción de realidad, hasta los 60 fps que ahora cuenta el 4K en las televisiones domésticas más avanzadas.

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Sin embargo, se ha determinado que los perros no perciben continuidad en la imagen hasta la cantidad de 70 imágenes por segundo, y aun así es una cantidad poco fluida para ellos. Es decir, que cuando tu perro ve la tele, lo que realmente está viendo es una sucesión de imágenes, gradual, lenta y sin aparente movimiento. Porque su percepción visual no está preparada para los 24-60 fotogramas, sino que necesita más de 70. Para él la tele es un gran marco con fotos.

Un estudio publicado en 2013 fruto de las investigaciones en las facultades de veterinaria de la Universidad de París y la Universidad de Lyon, se determinó que los perros atendían con mayor medida a los videojuegos porque éstos tienen una tasa de imágenes muy superiores al cine y la televisión. Y que, además, los perros eran capaces de demostrar atención real sobre vídeos en los que aparecían otros perros, e incluso reconocerles. Sin embargo la tasa de atención de los gatos es muy inferior, casi despreciable.

Además, la percepción de colores de tu perro o gato es muy diferente a la tuya. Nosotros somos capaces de ver tres tonos (rojo, verde y azul), pero ellos sólo mezclan dos (amarillo y azul), por lo que la visión de un perro es incapaz de percibir el verde y el rojo y esto limita mucho su percepción de la televisión, pues la composición del color de una pantalla se hace por un sistema de mezcla de color denominado RGB, que resulta de la mezcla del rojo, verde y azul.

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¿A los gatos no les gusta la tele?

Las condiciones fisiológicas y de percepción de perros y gatos son muy similares, sin embargo ocurre una condición añadida a los gatos que les hace aún más reacios a embelesarse con las pantallas: su instinto. Realmente para ellos la caza es primordial, y mueve sus vidas aunque en los hogares tengan poco qué hacer. La televisión no les aporta absolutamente nada, porque es un mero marco decorativo, inmovil y sin ningún interés.

Según un estudio de 2008, publicado en Applied Animal Behavior Science, se analizó la actividad visual de 125 gatos en un espacio con una pantalla, y se demostró que tras analizar tres horas diarias de su comportamiento los gatos miraban de media al televisor un 6,1% del tiempo, y sólo lo hacían con cierto interés cuando en la pantalla aparecían posibles presas: pájaros y ratones, principalmente. Pero perdían la atención en cuanto el movimiento delataba que no eran reales.

La imagen no les interesa, ¿y el sonido?

Se ha demostrado que perros y gatos pueden tener mayor interés en el sonido que en la imagen, especialmente cuando son reconocibles para ellos. De la misma forma, las frecuencias con las que emiten las televisiones no son las mismas que las de la realidad. Te habrá pasado, tú sabes distinguir cuando habla una persona real en casa y cuando es la televisión, por muy buen sistema de sonido que exista en el hogar, ambas experiencias sonoras son diferentes, y las mascotas lo saben.

En el caso de los perros, es más común que reaccionen a sonidos “llamada”, tales como otros ladridos de perros o sirenas. De hecho, el diseño sonoro de las sirenas de policía, bomberos y ambulancias son réplicas estilizadas de gritos, pues se determinó que apelan a nuestra percepción más primaria a la hora de atender esa indicación, y la frecuencia en la que funcionan en la televisión es similar a la real. Igualmente, los perros comprenden las alarmas, y no es del todo extraño verles reaccionar ante una sirena, sea real o en la tele. Ahora bien, los gatos tienen cosas mejores que hacer, buscan emociones más fuertes que ver la tele: aspiran a encontrar presas reales.

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