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peces agua dulce salada vivir mismo acuario© Adobe Stock

¿Qué diferencia hay entre peces de agua dulce y de agua salada?

A la hora de montar un acuario es muy importante tener en cuenta qué tipo de peces vamos a incluir dentro y que no todos pueden convivir en el mismo tipo de agua, temperatura y hábitat


Actualizado 7 de enero de 2022 - 12:40 CET

¿Pueden convivir en un mismo acuario peces de agua dulce y de agua salada? Tal vez es una pregunta que te surge en el caso de que tengas este animal en casa. Hay que partir de que existe un proceso orgánico en todo ser vivo que se denomina homeostasis y que es el encargado del correcto equilibrio químico interno de los organismos. Los peces de agua salada necesitan una concentración concreta de oxígeno así como de sales. Y a la inversa ocurre lo mismo con los peces de agua dulce.

Si añadimos a un pez en un agua dulce en un entorno con mayor nivel de sal, estamos forzando su homeostasis, obligándole a producir más dióxido de carbono y cúmulo salado, lo que provocará una acidosis en su sangre. Es decir, su organismo producirá demasiado ácido, y esto le provocará la muerte. 

De la misma manera, un pez de agua salada tendrá una concentración de oxígeno menor en el agua dulce, así como de sales, y tampoco podrá mantener su equilibrio de homeostasis para sobrevivir en el medio, en este caso en vez de padecer una acidosis (exceso de ácido), sufren alcalosis: exceso de alcalinidad por concentración baja de dióxido de carbono.

Simplificando mucho: el problema para sobrevivir de los peces en aguas que no les corresponden es que el oxígeno y la sal del medio no es el que necesitan, y esto produce un desequilibrio orgánico imposible de compensar y les genera la muerte de forma irremediable. En función del grosor de su piel y su impermeabilidad, este desenlace fatal podrá ser más lento o más rápido.

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¿Existen peces de agua dulce y salada a la vez?

Algunos peces son capaces de vivir en ambos tipos de agua, porque han desarrollado mecanismos de equilibrio suficientes para que la homeostasis de su cuerpo se mantenga uniforme tanto en agua dulce como salada, pero nunca por tiempo indefinido. Es el caso del salmón, la anguila o el tiburón toro, pues sus pieles permean poco, lo que minimiza la pérdida de agua. Son organismos de agua salada, pero al entrar en aguas dulces producen más orina para depurar y equilibrar.

Que un pez pueda sobrevivir en un agua que no le corresponde no quiere decir que puedan catalogarse como de ambos tipos de agua a la vez. Es decir, no podemos tener en un acuario peces de agua salada y dulce. En el caso de los peces en cautividad este hecho es imposible de mantener: o montamos un acuario de agua dulce o lo hacemos de salada, pero que ambos tipos de peces persistan juntos no es posible.

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¿Por qué algunos peces viven en ambas aguas?

Los tiburones toro, por ejemplo, no viven en ambas aguas por capricho, sino que acceden a las aguas de los ríos para encontrar presas. Acceden a aquellos ríos grandes y caudalosos, adaptando sus procesos de regulación de osmosis y son capaces de permanecer en allí incluso largas temporadas, pero siempre con un coste de esfuerzo y desgaste físico para sobrevivir: no es su medio natural.

De la misma forma, los salmones entran al río solamente con la intención de reproducirse. Curiosamente es un pez que nace en agua dulce, pero no sobrevive en esta pasada cierta edad, por lo que deben de buscar un hábitat más salado que les produzca mayor acidez. Las transformaciones fisiológicas de los salmones les permiten vivir hasta dos o tres años en los ríos, después deberán salir al mar permanentemente. En época de reproducción regresarán al agua dulce para fecundar los huevos, la hembra construye un nido y así libera entre 500 y 1.000 huevos. El macho, una vez ha expulsado sus espermios sobre los huevos, se dejará arrastrar por la corriente y morirá. La hembra protegerá la progenie hasta desfallecer. A diferencia del salmón del Pacífico, el del Atlántico sí podrá regresar al mar, por el distinto nivel de salinidad del agua.

Las anguilas también entran en los ríos para completar su ciclo reproductivo. Las aguas alcalinas les hacen madurar y dejar atrás el estado larvario, las que logran permanecer en el río por más tiempo se convierten en machos, y las que no lo resisten y regresan al mar sin completar el ciclo serán hembras. Ambos atravesarán el Atlántico desde Europa a América, para regresar a las aguas donde nacieron.

¿Un acuario de agua dulce o salada?

Lo que caracteriza los ecosistemas de agua dulce, especialmente cuando tenemos en cuenta estas características para montar un acuario, es que el agua estará templada y que será poco turbia, no necesitan mucha iluminación ni un control de toxicidad exhaustivo, por lo que será mucho más sencillo de mantener un acuario de agua salada, lo que implica que puedes tener uno de un tamaño menor y peces de un volumen pequeño. En resumen, es más barato tener peces de agua dulce, por su menor complejidad de mantenimiento.

Los peces de agua salada son más caros, especialmente los tropicales, y necesitan más cuidados. Se recomienda, además, que el acuario tenga un mínimo de 90 litros, y sistemas de filtrado, control de la temperatura y de iluminación concreta más potentes y costosos. Además, los acuarios de agua salada deben tener especial cuidado para soportar el verano, pues las subidas de temperatura del ambiente pueden hacer que el agua se evapore y se dé un alto nivel de condensación en la estancia donde esté el acuario, lo que afectaría a la salinidad: a menos agua, más concentración de sal en el líquido restante del tanque.

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