Hoy en día las mascotas están presentando problemas de sobrepeso de una forma que era impensable hace décadas, y en casi la totalidad de los casos es un problema producido por los dueños, que no son conscientes de los valores nutricionales de los alimentos que dan a sus mascotas y del daño que produce la sobrealimentación. En el caso concreto de los perros, su saciedad de alimentos frescos tiene un umbral muy alto, por lo que si se le motiva a seguir comiendo el perro no perderá la oportunidad de ingerir lo que sea aunque acabe de comer hace relativamente poco tiempo.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
A diferencia de los gatos, los perros no discriminan los alimentos, ellos siempre comen como si fuera la última vez que fueran a hacerlo y no recordarán cuánto tiempo llevan sin comer. Así, difícilmente van a rechazar algo que pueda tener buena apariencia o un olor interesante, aun cuando vaya en contra de su salud.
Dar a los perros comida de humanos, especialmente la que tiene grasa, o sobreestimular al can con demasiados snacks o comida húmeda, como si fueran premios y placeres que nos concedemos a nosotros mismos, significa trasladar los malos hábitos alimentarios humanos a los animales, sin embargo, con ellos las consecuencias pueden ser muy graves.
Leer más: Cómo proteger diariamente las almohadillas y patas de tu perro
Así es como identificarás la obesidad de tu perro
En el caso de los perros, pesarle sobre la balanza no es la única variable a tener en cuenta. Es más, el término más correcto con perros no sería “sobrepeso”, sino “sobrealimentación”, porque pese a que un perro pueda tener más peso de lo que le correspondería por edad, raza o tamaño, las variables que nos ayudan a comprender si se trata de un problema o no trascienden de lo que dice la báscula.
Los veterinarios utilizan una puntuación que sirve para valorar la condición física del perro, se le realiza al animal una evaluación visual y se le palpa, y en función de lo que se percibe se puede saber si el perro tiene un problema de sobrealimentación. La tabla se denomina Índice de Condición Corporal y mide al animal del 1 al 9, dónde 1 significa raquitismo y 9 obesidad severa.
Para realizar esta evaluación el especialista debe palpar las costillas, el abdomen y la cintura, entre otros. Si al palpar se identifica grasa, o estas zonas de su anatomía presentan dificultad para ser reconocidas fácilmente, se estimará que el animal no está en buenas condiciones.
Concretamente se busca que las costillas sean reconocibles al tacto, que la cintura esté marcada y sea evidente, que el abdomen esté detrás de la caja torácica y que no presente acumulación de grasa, que las vértebras sean fáciles de palpar y que la base de la cola no presente depósitos de grasa reconocibles al tacto.
Como en toda evaluación en la que los extremos son peligrosos, la puntuación óptima para cualquier perro sería entre un 4 y un 5, lo que indicaría que sus niveles de grasa corporal son perfectos. Cada punto por encima del término medio significa un exceso de entre un 10% y un 15% de peso.
Cuando un perro tiene un 20% por encima de su peso ideal e incumple el ICC (Índice de Condición Corporal) corre el peligro de estar padeciendo obesidad, que sería una situación más compleja que un simple sobrepeso. En el caso de la obesidad, se está multiplicando por cuatro la probabilidad de sufrir diabetes, problemas coronarios, respiratorios o de las articulaciones. Esto es especialmente grave si el perro tiene más de 7 años, edad en la que ya se considera maduro, pues estos problemas son de más difícil superación.
Leer más: Consejos para limpiar los ojos de tu bichón maltés
Cómo revertir el sobrepeso de un perro
No hay milagros, pero el secreto es sencillo, tu perro estará sano cuando haga ejercicio y mantenga una dieta equilibrada. Lo mismo que ocurriría con un ser humano, la mejor forma de perder peso y tener una vida saludable es ejercitar su cuerpo. Sin embargo, en los perros esta máxima es más importante aún, pues son animales para los que el ejercicio físico va de la mano de la socialización.
Un perro feliz es un perro que tiene experiencias: que juega, que se relaciona con otros perros, que da largos paseos y que regresa a casa habiéndose dejado toda la energía en la calle. Un perro con ese tipo de dinámica de ejercicio difícilmente tendrá sobrepeso, al fin y al cabo un problema de peso es por definición cuando se consumen más calorías de las que se queman.
Si crees que tu perro tiene sobrepeso debes acudir a tu veterinario. Es muy importante que revises las veces que das de comer a tu perro y qué alimentos le das. Puedes colmar su tazón de pienso seco para que recurra a él siempre que tenga ganas de comer, pero no le añadas ningún suplemento de forma continua, en tal caso solo una vez al día. Y vigila el aporte energético tanto del pienso seco como de la comida hidratada. Un error muy común es pensar que todos los piensos tienen la misma composición y, sin embargo, algunos son más saciantes y tienen menos nutrientes, y otros son más eficaces con menos cantidad.
Leer más: Trucos para evitar que tu perro tenga miedo a ir al veterinario