Los gatos son animales muy selectivos en cuanto a la comida, no suelen conformarse con cualquier cosa y no suelen admitir más los alimentos que ya le son acostumbrados antes que abrir la posibilidad de comer otros nuevos. Sus sentido del gusto y del olfato están muy desarrollados, son muy cautelosos con que aquello que ingieren esté en buen estado y les sea agradable.
Entonces ¿qué situación puede empujar a un gato a comer su propia arena? La más común, la arena de sílice, está compuesta por un gel de silicio absorbente de la humedad. Se trata de un elemento natural, presente en las rocas. No es grave ingerir por error alguna piedrecita de sílice, pero no es adecuado que el gato lo haga constantemente, y en caso de que se vuelva una costumbre deberás informar a tu veterinario para ahondar en este problema de una forma concreta.
Sin embargo, podemos darte algunas nociones por las que tu gato tal vez ha visto en la arena de sílice un alimento continuo, pues pese a que se trata de una conducta poco evidente, sí resulta habitual. Existe un trastorno en los gatos llamado pica, que consiste en que ingieren cosas no nutritivas, como telas, plástico y la propia arena.
En humanos este trastorno también existe, se denomina malacia (término también aplicado a mascotas) y en el caso de los humanos puede hacernos ingerir yeso o carbón, por ejemplo. Siempre se trata de falsos alimentos con forma de otros que sí lo son, el carbón parece chocolate o un dulce, el yeso podría parecer harina, y la arena, para un gato, podría parecer pienso.
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Síntomas de padecer ‘pica’ en gatos
Existen dos vías para analizar la posibilidad de que tu gato esté ingiriendo arena de sílice de forma habitual, y contra su propio instinto. Una de ellas sería orgánica y otra psicológica. La orgánica nos estaría avisando de que tu gato tiene una carencia alimenticia, por falta de ciertos nutrientes el gato siente la necesidad instintiva de probar suerte con otros alimentos, aun cuando no lo sean.
En el caso de que el problema pudiera ser alimentario, deberás revisar la dieta de tu gato y analizar si el pienso seco y los complementos húmedos que le das son suficientes para su edad, peso y raza. En todo caso, esta es una cuestión que deberás consultar con tu veterinario para llegar a una solución pautada y plenamente satisfactoria. Puede que en este proceso seas consciente de que alguno de los alimentos que ahora está recibiendo no es apto para él, o que le genera algún tipo de rechazo. También es probable que el número de ingestas al día sean insuficientes o que debas modificar las tomas.
Por otro lado, los condicionantes psicológicos también son muy a tener en cuenta. Uno de los problemas más comunes en gatos es el aburrimiento. Hay que recordar que estos felinos son animales cazadores, muy activos y que, por tanto, necesitan sorpresas y actividades contínuas. La vida de los gatos domésticos es enormemente rutinaria, y en muchos casos desemboca en cierta ansiedad, en lo que podríamos definir en términos humanos como estados depresivos-ansiosos, pues de la necesidad de acción y el letargo inducido por sus rutinas, aflora cierto estrés que no obtiene compensación.
Este estado de ansiedad en gatos es el que podría producir la pica o malacia, como actividad recreativa que, de modo compulsivo, le hace ingerir un alimento que no es tal, con un objetivo saciante y meramente sustitutivo de otro tipo de actividades. Éste es un problema conductual de tu mascota que debe ser tratado de igual forma que si se tratase de un trastorno alimentario por una cuestión de nutrientes, no dudes en consultar con tu veterinario si crees que esta es la razón por la que tu gato ingiere arena.
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Los gatitos bebé comen arena, pero por otros motivos
Existe un desorden común en gatitos muy pequeños que han sido separados de sus madres muy pronto, antes del tercer mes de vida. Tanto perros como gatos necesitan de sus madres y camadas para desarrollar sus primeros vínculos sociales con el entorno, es la madre de hecho quien educa inicialmente a los gatitos para que convivan respetándose unos a otros y la que induce a comprender cómo se utiliza el arenero, etc..
Cuando un gatito es sacado muy pronto de su entorno familiar puede no haber adquirido aun estas pautas sociales de su madre y, además, la separación felina puede producir en él cierto estrés o ansiedad equivalente al que comentábamos anteriormente, una sensación de búsqueda, de frustración y de impotencia que le haga comer compulsivamente objetos que no son comestibles.
Soluciones domésticas contra la ‘pica’
Aunque acudir a un veterinario es una acción clave en cualquier tipo de trastorno de salud que pueda sufrir tu gato, hay algunas pautas domésticas que puedes tener en cuenta a la hora de convencer a tu gato de que desista de comer la arena de sílice.
Te recomendamos no generar una dinámica de castigo o de refuerzo negativo, pues lo realmente necesario es acudir a la raíz del problema y no parchear la situación con refuerzos que puedan generar un distanciamiento entre vosotros.
Las dos piezas clave de este trastorno alimenticio son una carencia en su alimentación o el estrés producido por el aburrimiento. Busca alimentos para tu gato que aporten más fibra y que tengan una composición mineral más completa, investiga también sabores y texturas que le puedan agradar más: haz que su alimentación sea más rica y divertida. Por otro lado, juega con él, cómprale algunos juguetes nuevos y haz su vida algo más variada.