Según un estudio de la farmacéutica Boehringer Ingelheim, más del 90% de las personas con mascotas afirman que su calidad de vida ha mejorado gracias a mantener un vínculo de cuidado y relación diaria con su perro o gato. La investigación ahonda en cuestiones que afectan a la estabilidad emocional y a la salud física, tales como sobrellevar enfermedades mentales o incluso afecciones cardiovasculares.
El estudio afirma que los dueños de mascotas modifican su forma de ser al sentirse amados, responsables de otra vida, activos en su cuidado y menos estresados gracias a la interacción con su perro o gato. La investigación destaca que las mascotas aportan justo la medida necesaria para esquivar la soledad, hacernos más conscientes del paso del tiempo, de nuestra humanidad y del valor de la salud, pues vemos reflejado en ellos el resultado de nuestros cuidados.
Salir a la calle tres veces al día también es bueno para nosotros
Las mascotas son vidas a nuestro cargo, sin embargo, sirven también para regular las nuestras. Uno de los detalles más importantes y que pasan completamente desapercibidos para nosotros en el día a día es que las mascotas nos obligan a regular nuestros ritmos, es decir, nos fuerzan a estructurar nuestra agenda diaria en función de sus salidas al exterior.
En el caso de los perros, tener que sacarles tres veces al día nos hace organizar el día alrededor de ellos, pues debemos tenerlo en cuenta por la mañana, al medio día y por la noche, y no podemos obviarlo. Esto nos impide rezagarnos, fomentándose costumbres estructuradas y que sigen un ritmo estable sobre el que se pueden organizar otras tantas actividades: salir a pasear al perro puede ser la excusa inicial para comprar, para realizar visitas, para caminar más…
En el caso de personas con depresión, la compañía de un perro puede llegar a ser muy beneficiosa, la actitud del perro es constante y discreta, y a la hora de hacer sus necesidades fuera nos obliga a dar un paso adelante y a mantener unos ritmos mínimos diarios de contacto con el exterior.
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Amigos por sorpresa
Pero estas salidas al exterior ofrecen una nueva dimensión social a cualquier dueño. Llegada cierta edad es muy difícil hacer amigos porque sí, o acercarte a desconocidos y entablar una conversación. Los perros fomentan el lado más sociable de sus dueños.
Cuando dos perros se saludan entre sí es muy fácil abrir diálogo con otros dueños y que las personas con las que te cruzas se acaben haciendo habituales en tu vida. Los perros, en este caso, son partícipes a la hora de hacernos más sociables, abiertos e involucrados con las personas de nuestro entorno.
Los animales se convierten en una excusa para socializar aún cuando nuestro perro o gato no está presente. Los amantes de sus mascotas tienden a querer hablar sobre ellas, compartir experiencias y están predispuestos a escuchar anécdotas o situaciones de otros dueños de perros o gatos. Esto nos hace más empáticos, más sociables y abre un nuevo vínculo para comprender mejor nuestro comportamiento y el de nuestra mascota.
Hablar con otras personas sobre lo que sentimos y lo que vivimos con nuestras mascotas es una forma de ahondar en nuestra propia vida y nos conduce a redescubrir lo que vivimos y sentimos con nuestro perro o gato.
Una vida más saludable
Según el estudio anteriormente citado, el 40% de los entrevistados reconocía que tener mascota les ha ayudado a mejorar su salud de forma notable, principalmente por el grado de cercanía y empatía que su mascota les aporta. Cuidar a un animal sirve también para que seamos conscientes de nuestros propios cuidados. El estudio afirma que quienes tienen mascota son personas propensas a tomar menos medicamentos.
El estudio ha contado con el testimonio de más de 3.000 personas de cinco países (España, Italia, Alemania, Reino Unido y Francia). Entre los resultados también se ha determinado que los dueños de mascotas no sólo son empáticos con su propio animal o con otros cercanos, sino que consiguen una mayor empatía respecto a las vivencias y necesidades de otros seres humanos.
El cuidado al animal y la relación constante con un ser que depende de nosotros podrían ser las variables responsables de que quienes tienen mascota profundicen en un mayor sentimiento de apoyo y ayuda a los demás, sean conocidos o desconocidos.
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Alegría en casa
Las mascotas hacen girar sus vidas alrededor de nosotros y viceversa. Contar siempre con la mirada atenta de tu perro o gato, con su cariño y la presencia constante de su interacción, sea para pedirnos comida, para agazaparse porque tiene frío o para jugar hace, en suma, que seamos más felices, porque la actitud de los animales siempre es positiva y atiende a sencillos mecanismos de comunicación.
La alegría que contagian los animales está basada en impulsos claros e inequívocos: amor incondicional, diversión sin letra pequeña y placer sin culpabilidad. Todo ello son formas de entender la vida con sencillez, sinceridad y de las que aprendemos sin darnos cuenta.
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