Las cobayas son cada vez más populares como mascotas, aunque su historia viene de muy lejos, fueron los llamados 'conejillos de indias' a raíz de que los conquistadores españoles descubrieran que hace ya siglos fueron domesticados por los indios andinos.
Lo más notable de las cobayas es que su carácter se amolda muy bien a la domesticación, son animales de compañía capaces de socializar con los humanos, no se ven intimidados y sus reacciones son amistosas e incluso cariñosas. Se muestran dóciles y permiten que se les coja y acaricie. Se trata de una especie que pese a necesitar atenciones y cuidados, como todo ser vivo, no precisa de unas condiciones de mantenimiento muy distintas a las de otras mascotas. Las cobayas en cautividad viven entre cuatro y ocho años, tiempo que dista del máximo de tres años que viven los hámsters, aunque no llega a los nueve a los que llegan los conejos.
Dale su espacio
La característica principal para que la cobaya sea feliz y podamos darle lo que necesita es conseguir un espacio lo suficientemente amplio para ella, pues como buen roedor en ocasiones se mostrará muy activa y necesitará que su área de movimiento vaya acorde con su energía.
Generalmente se tiende a pensar que los roedores (hamsters y cobayas) son animales pasivos y perezosos, que pasan casi todo su tiempo durmiendo o en estado de letargo. Esto no es real, sino fruto de la domesticación. La cobaya adora el movimiento, es un animal que lleva en su ADN la curiosidad y la búsqueda de alimento, sin embargo, lo común es que estos animales vivan en jaulas pequeñas, y eso les restringe completamente y les hace comportarse bajo unos parámetros que no son naturales para el desarrollo integral de su temperamento.
La jaula debe limpiarse en profundidad, por lo menos una vez a la semana, para ello debes extraer la zona inferior, que se denomina “lecho” y lavarla con agua caliente para extraer todos los restos de heces, orina, restos de alimentos y heno sucio.
Un truco para cuando el lecho está bastante sucio es aplicarle un poco de vinagre al agua, así no utilizarás productos químicos. Una vez limpio solo tienes que introducir heno fresco y limpiar los bebederos y comederos.
La llegada a casa
El día en el que una nueva mascota llega al hogar es tan especial para ti como para ella. Que no te extrañe que se muestre nerviosa y que parezca hiperactiva, en su forma de familiarizarse con todo para encontrar la seguridad que necesita.
Su periodo de adaptación consistirá en familiarizarse con el nuevo entorno, reconocer los olores, las texturas y los sonidos. Como todo roedor, las cobayas tienen una actitud asustadiza, muy razonable si tenemos en cuenta que deben protegerse de otros animales más grandes, en cualquier esquina se puede esconder un depredador.
Las cobayas rara vez muerden, a diferencia de otros roedores, por lo que el periodo de adaptación y el proceso de socialización con ella será más fácil y la probabilidad de que os entendáis resultará mayor que si lo comparamos con conejos o hámsters.
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Juegos con cobayas
Aunque las cobayas parecen más torpes que otros roedores, comparadas con los conejos o con los hámsters no demuestran una complexión tan atlética pero sí son capaces de correr, saltar y escalar.
Cuanto más grande sea el entorno en el que se mueva la cobaya, más feliz será y más divertido podrá ser cuidarla, pues no estará permanentemente durmiendo, logrará desarrollar un temperamento activo y la socialidad que mantengas con ella gozará de más juego.
Disfrutan mucho subiendo sobre plataformas, buscan generalmente escalar y llegar a lo más alto para divisar el espacio como instinto de búsqueda y supervivencia. Las cobayas pueden salir de su jaula, es más, resulta altamente recomendable que la saques de vez en cuando para jugar con ella y ofrecerle retos y nuevos horizontes.
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Una alimentación basada en vegetales
Las cobayas son animales herbívoros. Puedes comprar pienso ya preparado a base de alfalfa o heno, estos compuestos garantizan que tu mascota recibe los aportes de fibra y vitaminas que necesita pero siempre los deberás complementar con alimentos vegetales frescos.
El 30% de su alimentación de la cobaya debe basarse en hojas verdes, tales como canónigos, escarola o endivias. Estos alimentos frescos pueden ser mezclados de forma cíclica con zanahorias, tomate e incluso pimiento rojo.
Las frutas que más les gustan a las cobayas son aquellas que tienen un índice bajo de azúcares, tales como la pera, el kiwi, las manzanas o las mandarinas. Como en el resto de vegetales, es necesario que se las ofrezcas lavadas y cortadas a un tamaño muy pequeño para que ellas mismas puedan manipular el alimento.
Pero atención, las verduras crucíferas son peligrosas para ellas, tales como el repollo o el brócoli, dado que les producen gases que pueden afectar de forma muy negativa a su aparato digestivo. Además, debes saber que la patata y la cebolla resultan tóxicas para ellas, por lo que jamás debes ofrecérselas.
Es muy importante que vigiles que en su jaula no haya semillas o frutos secos, pues las cobayas pueden atragantarse con ellos. También evita en la medida de lo posible cualquier alimento procesado que contenga saborizantes, azúcares o edulcorantes. No le des para comer pienso de otros tipos de roedores, las vitaminas y los componentes que aportan no son los indicados para ellas.
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