Los gatos son una de las mascotas más queridas, aunque también son objeto de fobia para muchas personas. Ailurofobia es el nombre del miedo atroz que muchos humanos desarrollan contra los felinos; un miedo irracional y extremo que desencadena episodios de ansiedad y nerviosismo, y que muchas veces puede evidenciarse en taquicardias y falta de aliento. Pero no solo las personas experimentan este tipo de fobias.
A la inversa, también los gatos tienen por naturaleza miedos sin sentido, y de forma generalizada a una serie de objetos y situaciones concretas. No es más que un mecanismo de supervivencia. Cuando un gato se enfrenta a algo desconocido su cerebro manda una señal de alerta. Para evitar que tenga temor, lo mejor es dejar que lo explore, poco a poco. Que las novedades lleguen de manera gradual.
Aspiradora
Los felinos tienen muy desarrollado el sentido del oído por lo que es habitual que teman cosas como los petardos, los cohetes, las tormentas o el simple sonido del aspirador. Si para nosotros es molesto ¡imagina para ellos! Es normal que se escondan y se pongan nerviosos cuando se dan estas situaciones.
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Agua
Como norma general a los gatos no les gusta nada el agua. Ellos se limpian solos y cuidan de su higiene, por lo que no es necesario bañarles, pero ¡ay si perciben la posibilidad de mojarse!… La explicación a este temor no es otra que su propio origen, pues la mayoría de las especies son propias de zonas desérticas.
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Pepinos
Este miedo se hizo viral hace unos años, cuando comenzaron a circular por Internet vídeos en los que muchos gatos se asustaban ante la presencia de un pepino. Es curioso pero al desconocimiento del propio objeto, se cree que el gato podría estar identificando la hortaliza con una serpiente, animal que, por naturaleza, teme dado que implica un peligro mortal.
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Olores fuertes
Igual que tienen hiperdesarrollado el sentido del oído también tienen el olfato. Por ese motivo, si tienes un gato habrás podido comprobar que huye si está expuesto a olores como el del vinagre, el alcohol, gasolina o la cebolla. Tampoco son amigos de los aromas cítricos, que incluso se utilizan para fabricar algunos repelentes para los felinos
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Personas desconocidas
Cuando viene algún desconocido a casa, lo normal es que se queden lejos de la gente y se escondan en otra estancia. No son animales que desarrollen rápidamente confianza con las personas, necesitan su tiempo para explorar. El olor, el sonido de la voz… el animal percibe estímulos que no reconoce y, por ello, se mantiene alerta.
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Globos
Mira que los gatos son juguetones, pero cuando se trata de globos son incapaces de entender lo inofensivo del objeto. Se desconoce si es por su lento movimiento, su forma o su capacidad de 'volar', pero lo cierto es que les tienen pánico. Si se atreve a enfrentarse a sus miedos y acaba por arañarlo, es posible que explote y entonces el sonido sí acabe de aterrándoles.
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