El agapornis es uno de los pájaros más bonitos y juguetones del mundo, así como una opción estupenda si quieres tener un ave como compañero de hogar. Eso sí, tendrás que tener en cuenta que son más felices en pareja, de ahí que se les llame los pájaros del amor o inseparables. Se acicalan el plumaje y se acurrucan entre ellos, dejando escenas que son puro cariño. Su naturaleza es alegre, vital y sociable, un carácter que se nota por su relación con otras aves pero también con el ser humano, con el que se muestra bastante confiado.
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Es algo que habrás podido ver en los divertidos y curiosos vídeos que circulan en la Red. Sin embargo, adiestrar un agapornis no es algo que se consiga de la noche a la mañana; se necesita tiempo y, por supuesto, mucha paciencia. El ave debe coger confianza y eso se trabaja poco a poco. Primero, manteniendo la distancia. Durante los primeros días no debes tocarlo, deja que se adapte a su nuevo hogar y se tranquilice; como todos, necesita encontrarse bien en su espacio antes de tener estímulos que puedan acarrearle nerviosismo.
Así debes acercarte a un agapornis
Al cabo de unos días, puedes ir acercándote a su jaula, pronunciar su nombre para que le vaya resultando familiar, pero evitar el contacto físico. Si notas que te rehúye, aún no está preparado. Sé paciente porque irá ganando confianza. Cuando adviertas que no se asusta cuando te acercas, puedes probar a darle de comer de tu mano. Es posible que no acuda rápidamente, pero acabará haciéndolo. Y cuando este paso esté superado, llega el momento de intentar que se suba a tu dedo, como si de una rama se tratase. Acércalo y toca su abdomen cuidadosamente. Si se baja rápidamente no insistas, prueba de nuevo cada día.
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Abrir la jaula para dejarlo volar
Una vez se hayan superado todas estas fases de acercamiento y confianza, estará listo para explorar, algo que le encanta. Por ese motivo es importante que te asegures de tener todas las ventanas y puertas cerradas. Deja que se suba a tu dedo y sácalo de la jaula con mucho cuidado. Como otras especies, puedes permitir que vuele libremente por la estancia (no es recomendable que lo haga por toda la casa) y volverá a su espacio cuando se canse de investigar y revolotear. Si no, puedes atraerlo con la comida.
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Es un ave bastante inteligente, por lo que también puede aprender algunos trucos, aunque ello implica un entrenamiento constante un par de veces al día. El momento indicado para empezar a enseñarle es a los dos o tres meses y siempre con la compensación de un premio, como algo que coma muy de vez en cuando y le guste, cuando lo haga bien. Nunca lo agarres con fuerza ni le obligues a seguir haciendo algo por lo que ha perdido el interés. Un truco para empezar es abrir su jaula y que acuda a tu dedo cuando escuche su nombre. Y si en el entrenamiento te empieza a picotear, devuélvelo para que entienda que no lo debe hacer.
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