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galgo1© Adobe Stock

La 'contradicción' del galgo: el rey de la velocidad es también el más perezoso

Esta raza es capaz de correr hasta 60 km/h, pero adoran estar tumbados y pueden dormir hasta 18 horas al día. Cariñosos, independientes y muy fieles, esta raza de perro se ha convertido hoy en una de las mascotas de moda.


26 de mayo de 2020 - 19:21 CEST

Se suele decir en el argot canino que "la liebre es una centella, pero el galgo corre más que ella". No es para menos. Estamos ante la raza de perro más rápida del mundo, capaz de alcanzar los 60 kilómetros por hora de velocidad punta, pero con la paradoja de que es muy perezoso. De hecho, puede estar hasta 18 horas al día durmiendo, algo que se hace difícil de creer al ver la explosividad de su carrera. Algunos atributos para definir su personalidad podrían ser: noble, empático, limpio, tranquilo, elegante e independiente, puesto que también le gusta que se le respete su espacio. Por si fuera poco, tienen la particularidad de que pueden ‘reír’, ya que son capaces de gesticular con su boca mientras juegan como si estuvieran riendo.

Un galgo posando ante el fotógrafo© Adobe Stock
Los galgos son perros muy tranquilos, discretos y que apenas ladran. Tienen un carácter independiente, pero pueden llegar a ser muy sociables con una buena educación. 

Es una raza que enamora hasta a los estudiosos de la ciencia. José R. Alonso, neurobiólogo y catedrático de la Universidad de Salamanca, sostiene que el galgo parece estar hecho para la alta velocidad. Su esbelta figura (patas largas y cabeza afilada) le ayuda a tener una notable aerodinámica. También la enorme cantidad de sangre (11%) y de glóbulos rojos que tienen les otorga una oxigenación rápida de las células y multiplica por 37 su capacidad pulmonar en carrera.

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El galgo bien podría ser el 'faraón' de los perros dada su ancestral historia. El mismísimo Tutankamón lo tenía como mascota, e incluso, pidió que lo embalsamaran junto a él. Y es que en el antiguo Egipto el perro era el encargado de guiar y acompañar a las almas en su camino al más allá. De hecho, entre la antiguas deidades egipcias está el dios Anubis, al que se le representaba con cuerpo de hombre y cabeza de perro. Con el paso de los siglos han seguido siendo uno de los mejores animales de compañía, si bien es cierto que han sido utilizados muy especialmente para la caza de conejos o liebres. He aquí donde se encuentra uno de los grandes problemas de estos canes.

La cruda realidad: caza y carreras

Pese a ser sociables, hogareños y fieles, esta raza es una de las más maltratadas, sobre por parte de algunos cazadores que, cuando consideran que su galgo ya no vale para la cinegética, los abandonan o les sacrifican. España es el único país de la Unión Europea que sigue permitiendo la caza con galgos, según PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal). Afortunadamente, hay muchas organizaciones que se dedican a luchar contra estas injusticias, como el caso de SOS galgos, que cifra en 150.000 los animales abandonados cada año. De ellos, un tercio de los abandonos corresponden son de galgos. Estas asociaciones, en ocasiones, también sirven de refugio cuando se quedan sin hogar.

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Otro uso negligente de los galgos es para carreras en la que muchas veces hay apuestas de por medio. Aunque puedan estar entrenados para la ocasión, los animales sufren mucho porque cuando corre, su corazón pasa de 60 a más de 300 pulsaciones por minuto, con el riesgo de sufrir problemas cardíacos. Algunos países han tomado cartas en el asunto. En Argentina se ha prohibido este espectáculo, mientras que en Florida (Estados Unidos) se estudia judicialmente esta posibilidad. Por cierto, este estado fue el primero en dar luz verde a las carreras de galgos, en 1931.

Motivos y consejos para tener un galgo

Lo primero que tienes que saber si quieres comprar uno es que se dividen en tres grandes grupos según su pelo: largo/ondulado (afgano); duro (irlandés y escocés) y corto: (español, inglés, italiano, húngaro…). Si te has decidido a tener uno, debes saber que son perros muy tranquilos, discretos y que apenas ladrarán. Tienen un carácter independiente, pero pueden llegar a ser muy sociables con una buena educación. No te preocupes si vives en un piso porque, aunque lo ideal para ellos sea un hábitat rural donde correr, son capaces de adaptarse a un entorno urbano, siempre y cuando no duerman a la intemperie porque es una raza muy friolera. Por ejemplo, uno de los rostros conocidos con mayor pasión por los galgos es Jorge Javier Vázquez, que siempre que puede presume de ellos en redes sociales.

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En cuanto a los consejos para su cuidado es importante saber que su cuidado no es barato. La Federación Española de Galgos (FEG) apunta la necesidad de tener tiempo y sustento económico para cuidarles. Su mantenimiento anual puede oscilar de los 700 a 3.000 euros, variando según raza, pelo y tamaño del individuo. Sin embargo, son animales fieles, que dan amor y compañía desinteresada. Y eso no tiene precio.

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