Atención, cariño y estímulos positivos son tres soluciones a llevar a cabo si queremos evitar que nuestro perro sufra aburrimiento. Al igual que sucede con los seres humanos, los canes son animales de compañía que necesitan sociabilizar y que pueden tener problemas anímicos. A través del ensayo científico 'Aburrimiento Bestial' de Charlotte C. Burn, de The Royal Veterinary College publicado en 2017, se demostró que los cerebros de los perros podrían verse afectados negativamente si pasasen muchas horas sin recibir estímulos, hasta el punto de reducir su tamaño. Por eso es muy conveniente detectarlos a tiempo. ¿Cómo? Mediante síntomas que sirven como indicadores certeros.
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Cómo saber que tu perro está muy aburrido
Lo primordial es poner atención y observar el comportamiento de nuestros peludos. Si han caído en un estado de aburrimiento, lo primero que desarrollará será un comportamiento compulsivo, lo que se conoce como estereotipia. Se manifiesta a través de movimientos repetitivos sin aparente sentido que el animal realiza con el fin de relajarse: lamido excesivo o perseguirse la cola constantemente.
Existen también los llamados comportamientos destructivos, como puede ser morder mobiliario del hogar con ahínco, (relacionado con la falta de ejercicio físico) o el ladrido excesivo, más asociado al estrés por separación de sus dueños, por ejemplo, cuando les dejamos solos en casa. La desobediencia es otro de los síntomas que han reproducido algunas razas, como el Husky siberiano, cuando se aburren.
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En el peor de los casos, estas conductas perrunas pueden derivar en un cuadro de depresión si no se atajan a tiempo. Será entonces cuando manifiesten tristeza, falta de apetito, letargo y mucho cansancio. En ese momento, lo mejor será empezar a aplicar una serie de pautas para tratar de cambiar su estado.
¿Qué hacer para remediarlo?
Una vez expuestas las maneras que los perros tienen de comunicar que se aburren, es el momento de encontrar soluciones. Como apuntaba Charlotte C. Burn en su estudio, los canes precisan de estímulos externos. La solución más eficaz es sacarle a dar un paseo a la calle. Los veterinarios recomiendan que se haga al menos tres veces al día durante 30 minutos. Una hora y media al día será suficiente para que nuestra mascota entre en contacto con el exterior, corra o queme energía. En este sentido, lanzarle una pelota es una actividad que les encanta.
Las soluciones también están en casa. Si tu perro manifiesta aburrimiento es bastante probable que te esté pidiendo nuevos retos. Prueba a esconderle alguna galleta por la casa y juega con él a encontrarla. Haz que el tiempo que permanezca en el hogar sea productivo, por ejemplo, enseñándole nuevas conductas o trucos como dar la patita o a esperar su comida sentado. Por último, prémiale cuando lo haga bien. Una buena recompensa será una dosis extra de motivación: una comida especial (pollo hervido con zanahoria) o unos snacks a modo de golosina.
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