Como la mayoría de seres vivos nuestra mascota tiene miedos, incluso fobias. En ocasiones, la sobreprotección por parte de sus cuidadores o la falta de relación con el entorno u otros animales suele provocar estos temores. Una vez detectados son relativamente sencillos de quitar siempre que cuentes con la ayuda y el consejo de un veterinario o etólogo. Nunca lo obligues a enfrentarse a sus miedos por la fuerza porque terminaría siendo contraproducente.
¿Dónde se originan los miedos de los perros?
Si conoces a tu mascota desde los primeros días de vida existen más probabilidades de que sepas qué situación pudo haberla traumado o asustado. Cuando el perro llega a nuestras vida con cierta edad es más difícil conocer qué hechos del pasado pueden estar originando esta situación.
Los perros suelen tener miedos sociales, son los que se producen ante la presencia de otro ser, personas o animales. Es un temor que no le permite vincularse o hacerlo bien, por lo que podría tratarse de un problema severo. Otro miedo frecuente en los perros hacia objetos que, por si solos, no podrían hacerle daño. El agua, el fuego, o los vehículos, cualquier elemento podría ocasionarle temor. Estas fobias suelen estar relacionadas con hechos traumáticos de su pasado.
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Pasar estos temores por alto u obligarlo a enfrentarse a sus miedos por la fuerza es contraproducente y dañino para el animal. Un perro temeroso expresa su estado con actitudes poco habituales en él. Temblores, gruñidos, pupilas dilatadas o ponerse en alerta son algunas de las respuestas más comunes.
Estos son los miedos más frecuentes en los perros
Algunos temores están relacionados con la edad o la etapa que atraviesa nuestro animal. Cuando son cachorros las dimensiones y los tamaños responden a una percepción distinta a la proporción real del objeto. Podría tratarse de una situación así y no de una fobia a ello.
Las escaleras y los ascensores suelen provocarles temor, especialmente de cachorros o las primeras veces que se enfrentan solos a esta situación. Las escaleras mecánicas los suelen paralizar y además, pueden ser peligrosas para ellos solos, lo mejor es evitarlas.
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Los ruidos fuertes y las aglomeraciones suelen alterarlos y en ocasiones provocarles miedo. Si es un perro que no está acostumbrado al bullicio o a convivir con muchas personas cambiar su hábitat cotidiano le supondrá, probablemente, temor, ansiedad y nerviosismo. Si además de la cantidad de gente, de las voces más altas de lo habitual y los sonidos extraños, en el sitio hay niños la situación para tu perro puede volverse estresante y amenazadora.
Los pequeños buscarán jugar con él sin medir bien los límites ni conocer si a tu mascota le molesta o lo asusta. Si tu perro es mayor es probable que le ocurra algo similar al estrés que generan los niños si se encuentra con un cachorro. Una actividad desmesurada a su alrededor, ruidos y bullicio, sumado a un entorno extraño para él podría causarle alguna fobia o problemas para relacionarse luego.
Las situaciones desconocidas no son muy amigas de los animales. Puede ser la caja de zapatos que acabas de comprarte, las cortinas que se mueven o una tormenta fuerte podrían generarnos miedo o ansiedad. Si están solos en casa, como te imaginarás, aún más.
Si buscas a tu perro por toda la casa cada vez que terminas de pasar la aspiradora, conoces este ejemplo. Los sonidos fuertes como el del secador de pelo o el ventilador le resultan amenazantes. Si percibes que estos miedos se generalizan y afectan el comportamiento de tu perro de manera significativa lo mejor es consultar con un profesional.
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