Mascotas

Displasia de cadera, una enfermedad común en el pastor alemán

Los perros de gran tamaño son más propensos a sufrir problemas en sus articulaciones, aunque esta raza es de las más porcentajes de probabilidades tiene de sufrir esta enfermedad degenerativa

por Gtresonline

La displasia de cadera es una enfermedad muy común en perros de raza de gran tamaño. Se trata de una patología degenerativa que suele aparecer o detectarse durante los primeros meses de vida del animal y se produce por una malformación en la cadera. Concretamente en la articulación que une el coxis con el fémur, que en lugar de encajar como debería, se encuentra luxada. El pastor alemán es una de las razas de perro que más porcentaje de probabilidades tiene de sufrir esta enfermedad, en la que muchas veces el rápido crecimiento, y consiguiente aumento de peso, y el proceso de calcificación y mineralización de su esqueleto se encuentra descompensado y es el responsable de que los canes acaban sufriendo problemas óseos de este tipo.

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Causas

Aunque se trata de una enfermedad fundamentalmente genética, existen otros factores que también pueden influir en su aparición, como por ejemplo, un exceso de ejercicio de alto impacto durante la etapa de crecimiento del cachorro, así como la falta del mismo unida a una mala alimentación que acabe provocando sobrepeso.  

Los perros con displasia de cadera suelen presentar una degeneración progresiva del cartílago de la articulación de la cadera, que en buena parte de los casos acaba dando lugar a otras enfermedades como la osteoartrosis, donde los huesos expuestos al cartílago dañado acaban haciendo fricción, provocando hinchazón, pérdida de movimiento de la articulación y deformaciones. Aunque otros perros de raza de gran tamaño, como los mastines, labradores o golden retrievers también son propensos a desarrollar displasia de cadera, se estima que alrededor del 20% de los pastores alemanes acaban teniendo displasia. Además, según un estudio de la Universidad de Pensilvania, esta raza de perro tiene cinco veces más probabilidades de acabar sufriendo osteoartrosis.

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Síntomas y diagnóstico

Reconocer los síntomas de la displasia es algo relativamente sencillo. Los pastores alemanes, por lo general, son perros bastante activos, por lo que el sedentarismo y la desgana a la hora de correr o jugar durante sus primeros meses y años de vida podría ponernos en alerta. Aunque al principio no parezca que presenten un dolor evidente, lo más normal es que empiecen teniendo problemas para levantarse y sentarse con normalidad. Además, el cojeo de una o ambas patas traseras también puede ser un indicador de que algo no marcha bien. Ante cualquiera de estos síntomas, lo mejor es acudir al veterinario para que le realicen una radiografía que pueda determinar si nuestro perro padece problemas en sus articulaciones. 

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La displasia no tiene cura, sin embargo, sí que existen algunos tratamientos y procedimientos que ayudan a retrasar el avance de la enfermedad y a paliar el dolor de los animales, como sesiones de fisioterapia canina, o un cambio de alimentación si además padecen sobrepeso. Sea como fuere, en los casos más severos puede que sea necesario el paso por el quirófano para una intervención quirúrgica correctiva, o directamente de trasplante de cadera.