Cómo una mascota puede mejorar la vida de las personas mayores

Adoptar un perro o un gato cuando somos ya mayores puede ser la solución a cierta soledad y necesidad de cuidar y ser cuidados.

Por Cristina Soria

Los animales pueden salvarnos la vida, no solo desde el punto de vista práctico de los perros que rescatan a personas, sino desde un ámbito puramente emocional. Cuando somos mayores podemos acabar viviendo en demasiada soledad, pero con demasiadas cosas que contar y mucho amor que dar, y una mascota puede ser la solución a todos nuestros deseos. Además, existen muchos perros y gatos que están esperando a ser adoptados, por lo que el beneficio puede ser doble.

Expresar nuestros pensamientos

Los estudios coincidieron en que hablar con uno mismo no solo no es una costumbre insalubre, sino que es muy beneficiosa. Cuando hablamos solos estamos exteriorizando nuestras ideas, dándoles forma, generando un sonido que nos hace ser conscientes de lo que pensamos y necesitamos. Y si en vez hablar solos lo hacemos con una mascota, estos beneficios se acrecientan, porque estamos desarrollando una comunicación oral con otro ser vivo que explora la empatía y la reciprocidad.

Para las personas mayores que pasan mucho tiempo en soledad, tener la oportunidad de expresarse puede marcar un cambio sustancial en su calidad de vida. Por su puesto que lo deseable es que siempre que quieran puedan acceder a familiares, amigos y vecinos con los que hablar, pero en muchas ocasiones no será posible y es cuando una mascota puede suplir un vacío importantísimo.

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Porque con nuestra mascota podemos empezar hablando de la intendencia más superflua, sobre si han comido ya, sobre si hemos dormido mal, o sobre si hoy han subido las temperaturas. Sabemos que no nos van a contestar, y nos contentamos con su mirada de atención y su expresión de fidelidad. Sin embargo, cuando esta comunicación se alarga en el tiempo, da igual que la mascota entienda todas nuestras ideas o que simplemente nos escuche con amor. El resultado es el mismo: es un medio para que nos expresemos, para no sentirnos solos y para navegar por nuestros recuerdos, ideas y sentimientos.

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Siempre a nuestro lado

Las mascotas, bien sean perros o gatos, son seres de una extraordinaria vitalidad, que tienden a mostrarse autosuficientes y que nos acompañan allá donde estemos, viendo la tele, aseándonos o durmiendo en la cama. De forma muy especial, los perros se muestran muy proclives a seguirnos por la casa, vayamos a donde vayamos. Pero no son pocas las razas de gatos que también lo hacen de forma natural.

La mascotas anhelan nuestra compañía, sentir que estamos bien y compartir la mayor cantidad de tiempo con nosotros. Vivir con una mascota es una solución de choque frente a la soledad. A veces solo nos hace falta poder acariciar a un ser amigo con el que compartimos momentos de calidad, sentir cómo respiran mientras duermen y apreciar su carita bostezando.

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Cuidar de otros

Los animales parecen autosuficientes, pero perros y gatos necesitan cuidados continuos que nos hacen indispensables en su vida. No son cuestiones complejas, sino los cuidados justos y necesarios para que una persona mayor pueda hacerse cargo de un perro o gato sin que su vida se vea excesivamente condicionada. 

Revisar su comida y bebida, el lugar y la hora de sus deposiciones, que tenga el calendario de vacunas al día, collar anti-parásitos y pastillas para parásitos del sistema digestivo, y revisar su pelo para cortarlo o para darle un baño. Estos son, a grandes rasgos, los detalles de los que el dueño de un perro o gato debe preocuparse, y llevan el tiempo justo para sentir la edificante responsabilidad de tener una mascota a nuestro cargo, sin que eso implique más que dedicar un tiempecito al día.

Cuidar a una mascota es una forma de sentirnos útiles, necesarios e indispensables para que ese ser que tanto nos ama siga feliz, y a la larga es una responsabilidad que suma alegría y calidad de vida.

Abrirnos a nuevas relaciones sociales

Cuando paseamos a un perro estamos obligándonos a salir a la calle. En el caso de muchas personas mayores que nunca han sido muy amantes de los paseos, el hecho de salir a la calle produce una desidia incontrolable, por eso tener la necesidad de salir con el perro puede acabar siendo una excusa muy útil para, también, sacarnos a nosotros mismos.

Los perros, además, son una compañía excelente para pasear porque contínuamente están sugiriendo otros caminos, dado que huelen algo que les atrae o se encuentran con un perro al que les apetece conocer. Los perros nos acompañan en nuestro paseo cuando creemos que somos nosotros los que le hacemos el favor a ellos y facilitan que hagamos buenas migas con otras personas a las que jamás llegaríamos a conocer si no fuera por la excusa de pasear a los perros.

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