La travesura de un gatito que le pudo haber costado el trabajo a sus dueñas
Llegaban siempre tarde a trabajar y descubrieron que su 'dulce gatito' era el culpable
En numerosas y diferentes ocasiones el ser humano inventa excusas para librarse de algún posible mal o castigo. Una de las expresiones más típicas, utilizada sobre todo por estudiantes, es la de que 'el perro se ha comido los deberes'. Una coartada inverosímil, aunque no imposible que recuerda a la historia de dos mujeres de Sao Paulo, Brasil, que estuvieron a punto de ser despedidas de sus trabajos por culpa de su gato. No escuchar o que se nos olvide poner el despertador es algo que podría pasarnos a todos alguna vez en la vida. Sin embargo, cuando ocurre día tras día, comienza a ser preocupante, especialmente si estás convencida de haber programado la alarma a su hora. Ante esta situación y probablemente cansadas y avergonzadas de dar explicaciones sobre por qué llegaban siempre tarde a sus puestos de trabajo, las amigas decidieron hacer una prueba para resolver sus dudas.
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Misterio resuelto
Fue entonces cuando descubrieron que su gatito siamés, de nombre Joaquim, era el culpable de que ninguna de las dos escuchase el despertador, pues él se encargaba de desactivarlo cada mañana. En el vídeo, grabado a finales de julio y que se ha viralizado gracias a la hazaña del intrépido felino, puede observarse cómo Joaquim descansa sobre un aparador en la otra punta de la habitación.
Sus dueñas esperan pacientes segundos antes de que este reaccionara al escuchar los molestos sonidos de la alarma que habían programado para hacer la prueba y que salían del aparato electrónico. Cuando el Smartphone comenzó a sonar, Joaquim pegó un salto y se acercó a la mesita de noche en la que se encontraba apoyado el dispositivo. Enfadado y sin dejar de realizar varios movimientos con su patita el minino consigue desactivar la alarma. "Mi compañera y yo llegábamos tarde al trabajo porque la alarma del teléfono no nos despertaba. Recientemente, descubrimos que nuestro gatito Joaquim era quien apagaba la alarma", cuentan las compañeras de piso en unas declaraciones recogidas por varios medios internacionales.
Tras conseguir que el sonido cesase, Joaquim sube a la cama de sus dueñas y, molesto por el sonido del teléfono y las risas que ha provocado en ellas su fechoría, empieza a gruñir y se abalanza sobre una de ellas dándole un pequeño mordisco en el brazo. Algo que demuestra el fuerte carácter de la mascota de estas jóvenes brasileñas, que a partir de ahora deberán pensarse dos veces si compensa o no alterar la paz, tranquilidad y descanso de su 'adorable' Joaquim.
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