Cálculos urinarios, una enfermedad muy frecuente en gatos
Te explicamos cuáles son los síntomas y cómo puedes mejorar la salud urinaria de tu mascota para prevenirla
Tener una mascota conlleva numerosas responsabilidades. Aquellos que tengan o estén pensando en adquirir una, no solo deberán asegurarse de que mantengan una correcta alimentación, salgan a la calle o dispongan de un lugar en casa donde realizar sus necesidades. También es necesario cuidar la salud de cada animal más allá de vacunas y revisiones periódicas rutinarias.
En el caso de los gatos, por ejemplo, es importante saber que los felinos suelen tener problemas de riñón y de tracto urinario, algo que provoca la muerte de muchos de ellos si no se detecta y controla a tiempo.
Una enfermedad muy habitual entre los felinos
La urolitiasis es una de las afecciones más habituales en los gatos. Se produce tras la aparición de pequeños cristales o piedras que suelen formarse por la presencia de una mayor concentración de sales u otros compuestos en la orina.
Los cálculos urinarios son muy molestos y suelen concentrarse en la vejiga o en la uretra, así como en los riñones y en los uréteres -con menor frecuencia-. La presencia de estas pequeñas piedras en el aparato urinario de los animales también suele provocar inflamación en el mismo y generar infecciones bacterianas en las vías urinarias.
Aunque los gatos machos y de mediana edad son los más propensos a tener estos cálculos, se debe tener en cuenta que pueden, asimismo, afectar a gatos de cualquier edad y de ambos sexos.
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Los síntomas
Los felinos, por norma general, son animales fuertes en los que, a simple vista, cuesta detectar síntomas y enfermedades. Por ese motivo, es importante que conozcas a tu mascota y estés alerta ante cualquier cambio de comportamiento o actitud poco usual. Cuando presentan cálculos urinarios en su organismo, los gatos suelen presentar dificultades al orinar, pequeñas micciones con demasiada frecuencia o ligeras pérdidas. También es común que tengan dolor abdominal, falta de apetito, letargo, vómitos, sangrados en las micciones y que se laman su zona íntima con demasiada frecuencia.
Si tu mascota presenta un cuadro clínico parecido, es importante consultar con un especialista, pues la obstrucción urinaria puede generar daños renales graves. El veterinario le realizará las pruebas pertinentes para determinar el tratamiento más adecuado para ellos, ya que según la composición de los cálculos, algunos necesitarán ser extraídos de forma quirúrgica, mientras que otros pueden disolverse por sí solos mediante medicamentos y una dieta específica.
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¿Cómo prevenirlo?
Para que tu gato disponga de una buena salud urinaria, asegúrate de que beba bastante agua y de que la tenga siempre fresca y a su disposición. Una buena idea es adquirir una pequeña fuente de agua corriente, ya que el agua les ayudará a que su organismo desheche el exceso de minerales de su cuerpo y de su vejiga, y su movimiento les incentiva. Eso sí, procura que el bebedero no sea de plástico para evitar olores.
Una dieta mixta de pienso seco y húmedo también facilitará que elimine toxinas y prevenir la sobresaturación de la orina.