Tener mascota mejora nuestra empatía, porque tenemos un ser que depende de nosotros, que nos hace compañía, y con el que podemos descargar nuestro estrés, jugando con él o acariciándole. Con una mascota siempre se establece una relación, porque se generan vínculos en los que ambos sois conscientes de la presencia del otro, y se producen conversaciones que, más bien, son monólogos en los que tú puedes hablar sin ser juzgada y donde, en ocasiones, puedes acabar descubriendo qué opinas realmente acerca de temas que te preocupan. Un animal nunca te juzgará, entre otras cosas porque no entiende una palabra de lo que dices.
Sin embargo, tener una mascota es una responsabilidad que en ocasiones puede demandar demasiado esfuerzo y presión. Si tienes un perro no puedes dejar de sacarle a la calle un mínimo de tres veces al día, para que se relacione con otros perros, haga sus necesidades y pueda hacer ejercicio. Los gatos también requieren cuidados, porque pese a esa fama de independientes están deseando pasar tiempo contigo, que les mimes y que les cambies la arena de su bandeja.
Al final, si crees que no puedes estar a la altura de estas necesidades, lo mejor que puedes hacer es decidir no tener perro o gato. Pero, ¿qué hay de los hamsters? Son unos roedores realmente amorosos, juguetones y muy bonitos. Cada uno tiene su propia personalidad, tanto por el tipo de roedor que es como por su carácter individual. Los hay más dados al juego, a las caricias o a jugar con una rueda.
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Te sorprenderá descubrir cómo unos mamíferos tan pequeños son capaces de amar a la familia con la que conviven. La fidelidad es una de las bondades de estos pequeños seres, y acaban reconociendo los sonidos característicos de su casa y las voces que habitualmente escuchan. De esta manera, pueden salir con mayor deleite de su caseta cuando saben que tú estás llamándoles, o hacerse los remolones porque es alguno de tus hijos.
Viven mucho, y no ocupan espacio
Los hamsters llegan a vivir hasta cinco años, que es mucho tiempo si tenemos en cuenta lo pequeños que son. Y aunque tener una mascota es una decisión que no se debe tomar a la ligera, cinco años es un periodo lo suficientemente corto para no hipotecar toda tu vida a unos hábitos concretos (siempre darle de comer, siempre vigilar su nivel de agua y de higiene), pero suficientemente largo para que puedas encariñarte con él, amarlo y darle todo tu cariño.
El poco espacio que ocupan es perfecto para pisos pequeños, y puedes dejárselo a cualquier amigo o familiar si te vas de vacaciones tan solo transportando su jaulita a su casa. Al no ocupar espacio, pocos se podrán negar a hacerte el favor de alimentarlo el tiempo que no estés.
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Te hace compañía y es un aliciente para los niños
Un gesto tan sencillo como hacer ejercicio en su rueda es una acción que tu hámster realizará todos los días, y es una forma de verle activo mientras tú haces tu vida, sintiéndote acompañada por tu mascota. El colmo ya sería hacer ejercicio con tu elíptica mientras él se entrena con la rueda, pero a cualquier hora del día ese sonido te recordará que no estás sola en la casa. Además, verle comer es una delicia, tienen esa forma tan característica de los roedores de sujetar las semillas con las manos mientras las muerden, como las ardillas.
Si tienes hijos, cuidar de un hamster puede ser el primer paso de responsabilidad de cara a, en un futuro, tener un perro o gato. Los cuidados que necesita este pequeño roedor son muy pocos y están muy claros; además, no hay que adiestrarle. Y tus hijos pueden así entablar una relación cercana con un animal que depende de ellos y que saca lo mejor de su lado empático.
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