Popeye se ha convertido en una auténtica estrella en redes sociales. Una 'celebridad' a la que siguen más de 386 mil personas, que han caído rendidas no solo ante su adorable y simpática carita, sino también por las 'recomendaciones gastro' que realiza en cada uno de sus posts. Este pequeño, mezcla de bichón maltés y yorkshire terrier vive en Los Ángeles, California y, gracias a su dueña, se ha convertido en todo un fenómeno viral. No obstante, tras la historia de Popeye no siempre se encontró una vida glamurosa y llena de salidas gastronómimcas. "Cuando encontramos a Popeye, estaba en la calle abandonado y famélico, con un cuerpo híper-delgado y con todo su pelo blanco, sucio y enmarañado. Un perro de tan solo 3 kg y con una vida muy difícil al que parecía que no habían dado nunca de comer", cuenta su dueña, Ivy Diep, en una entrevista para la revista estadounidense Time Out.
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La responsable de su éxito, que regenta su propio restaurante en la ciudad californiana con su esposo, comenta que, después de cuidarlo y de que se recuperase decidieron hacer un pequeño experimento y llevarlo a comer a un restaurante con ellos. La buena educación, tranquilidad y especial carácter que mostraba el perro dentro de casa les animó a llevar a Popeye en cada una de sus salidas gastronómicas y pronto se dieron cuenta del gran potencial que tenía su mascota. "Comemos mucho fuera y solemos hacer fotos de nuestra comida. Cuando Popeye se incorporó a nuestra familia, queríamos llevárnoslo siempre con nosotros y nos dimos cuenta de que se portaba muy bien cuando había comida delante, así que decidimos empezar a incluirlo en nuestras fotografías", relata para The Dodo. "Hay muchísimos restaurantes pet-friendly en Los Ángeles. Debido al buen tiempo que hace durante todo el año, muchos disponen de patios o terrazas en los que permiten la entrada de perros", añade.
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"La verdad es que Popeye no es excesivamente comilón, nunca ha mostrado un gran apetito por la comida que le ponemos delante para la foto. Pero por si acaso le entra hambre, siempre llevamos una bolsa con sus galletitas, para que nos pueda acompañar si le apetece. Otra cosa es que haya nuggets de pollo, ahí sí podemos tener un problema, ¡porque le encantan!", comenta. En sus fotografías, Ivy siempre suele disfrazar a Popeye con algún que otro atuendo que acompañe a la estética del restaurante y al tipo de comida que en ellos se sirve. Algo con lo que ha conseguido que su mascota sea totalmente irresistible para los internautas, que además de disfrutar de sus divertidas poses, aprenden cada día de las recomendaciones gastronómicas de este pequeño 'crítico culinario'.
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