Cómo afecta el cambio climático a las mascotas
Las mascotas no saben que existe el cambio climático y el calentamiento global, y sin embargo sufren sus consecuencias asociadas a un mayor calor, cambio de ciclos y más peligros ambientales como parásitos y bacterias.
El cambio climático produce un calentamiento en todo el planeta y, por tanto, un cambio de ciertos ritmos en las estaciones y periodos de mayor calor, y un desajuste las épocas en las que se producen y se neutralizan ciertas enfermedades, lo que puede acarrear problemas de salud para todos los seres vivos.
Y todo esto, que ha afectado ya a miles de especies animales en todo el mundo, también perjudica a las mascotas, perros y gatos, que conviven de forma doméstica con nosotros y parecen protegidos por nuestro ritmo de vida, pero que también son sensibles y vulnerables al cambio climático y a todas sus consecuencias.
Cuando el calor sube y permanece más tiempo, afloran las consecuencias
Que existan estaciones bien diferenciadas hace que los parásitos que afloran y se transmiten con el calor queden neutralizados cuando llega el frío. El cambio de las temperaturas es una barrera natural para el control de la acción de las enfermedades que se transmiten y de los parásitos, pues en invierno la actividad de estos peligros es nula.
Pero con el aumento de las temperaturas cada vez hay más parásitos, porque el calor favorece su supervivencia. De hecho, la razón por la que penetran en el cuerpo de un huésped (tu mascota) es tomar contacto con un organismo que mantenga una temperatura elevada y constante, y que además le provea de alimento sin tener que desplazarse.
El calentamiento global producido por cambio climático hace que parásitos como pulgas y garrapatas alarguen su periodo de vida, formen colonias más grandes y, por disponer de menos alimento para todas, adquieran un tamaño menor, lo que hace que sean aún más difíciles de localizar y erradicar.
De la misma manera, los mosquitos que portan enfermedades también son mucho más numerosos. Colman los charcos y los estanques con agua en putrefacción, y propagan parasitos y bacterias extremadamente peligrosos, como el gusano del corazón, que anida en este órgano y acaba produciendo un colapso en su funcionamiento al adquirir un tamaño inasumible para que el corazón siga realizando su función.
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Cambios fisiológicos de los gatos
El celo de las gatas dura dos semanas por estación, salvo en invierno. Así, su época fértil se limita a quince días de primavera, verano y otoño. Sin embargo, con el cambio climático, el invierno es una estación más con cierta calidez, muy similar a la primavera o el otoño. De esta forma, el periodo fértil de las gatas se extiende y se hace más largo constando de un periodo de celo más.
Igualmente, la muda de pelo de las mascotas también percibe que algo extaño pasa con las estaciones y trata de adaptarse. Generalmente los perros y gatos mudan el pelaje en otoño y verano, pero estos desajustes pueden hacer que muden más veces.
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Las mascotas son muy sensibles a la temperatura
Aunque tu perro parezca una bestia salvaje, realmente las mascotas son sensibles a las variables de su entorno, en especial a la temperatura. Llevan mal el calor, incluso más que el frío, pues sus pelajes y las capa de grasa de su piel les ayudan a mantener el calor cuando fuera la temperatura es fría. Sin embargo, pocas razas soportan bien el calor, y el cambio climático, a raíz del calentamiento global, es el responsable de que los golpes de calor en mascotas sean hoy más comunes que nunca.
Vigila las situaciones en las que tu mascota se ve amenazado por los golpes de calor, especialmente si tienes un perro, que es un animal que podría acompañarte por la calle y en tus desplazamientos. No le dejes nunca solo en el coche, vigila que las largas caminatas que deis no sea bajo un sol intenso, comprueba que el asfalto no queme sus almohadillas, y trata de darle agua cada cierto tiempo.
Otros peligros del entorno
Con una primavera alargada, que ocupa gran parte del invierno, las orugas descienden de los pinos en mayor cantidad. Se trata de un insecto extremadamente venenoso para las mascotas. Son capaces de producir a perros y gatos unas profundas urticarias y alergias, que pueden acabar con la vida de tu mascota en cuestión de minutos. Si crees que tu perro o gato ha podido entrar en contacto con orugas no pierdas un minuto y busca la ayuda de un profesional veterinario.
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