Trucos para combatir la alergia a los gatos

La alergia a los gatos es muy común, y suponen un duro golpe para aquellas personas que quieren convivir con un felino.

Por Cristina Soria

Es muy duro descubrir que ese gato con el siempre has querido compartir tu casa y del que tanto has anhelado su compañía te produce alergia. Pero cuando ocurre no puedes obviarlo: estornudos, rinitis, sarpullidos o un lagrimeo constante en tus ojos pueden presentarse con toda su fuerza y hacerte desistir de tu feliz idea.

La causante de esta alergia es una proteína (Fel D1) que la piel del gato libera con la caspa. Además, ellos mismos se encargan de expandirla por todo su cuerpo mediante lametones. 

No todas las alergias alcanzan el mismo nivel, y no es fácil acabar con ella del todo, aunque también se dan muchos casos de dueños de gatos que, tras un par de semanas de convivencia, ven cómo la molesta alergia inicial desaparece por completo.

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En cualquier caso, siempre estamos hablando de pequeñas alergias (aunque sean molestas), porque si se produce una alergia de tipo asmático la recomendación de cualquier médico o veterinario es clara: debe cesar la convivencia con el animal, por mucho que nos duela, o estaremos poniendo nuestra salud en un grave peligro.

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Si no has llegado a ese punto y no quieres renunciar a convivir con tu gato sin duda estás dispuesta a plantarle cara a la alergia. Para lograrlo, es importante que tomes algunas medidas (y que las cumplas a rajatabla) para salvaguardar vuestra relación.

Precauciones que te ayudarán a evitar la alergia

En primer lugar, si aún no tienes gato pero estás pensando en vivir con uno y crees que podría provocarte alergia, busca uno que sea, preferiblemente, de pelo corto. Devon Rex, Sphhynx (o gato egipcio) o Bengalí son razas de gatos recomendadas para las personas con alergia a los animales. En esta lista se incluye, sorprendentemente, el Siberiano, ya que a pesar de su largo pelaje no te hará soltar ni un estornudo. Además, las hembras producen menos alergia que los machos, aunque los que están castrados son menos causantes de alergia que los que no lo están.

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Con todo, siempre soltarán algo de pelo, bien impregnado de la fastidiosa proteína Fel D1, mientras trepan por toda la casa y recorren cada uno de sus rincones. La mejor manera de evitar que el pelo se instale en todo el hogar es cepillar muy a menudo a tu gato y utilizar una crema hidratante que reducirá la alergia una vez a la semana . Como lo mejor es evitar el contacto físico con el animal, es mejor que le encargues esta tarea a otra persona, al menos en la primera aplicación. En cualquier caso, cada vez que toques a tu gato, por la razón que sea, recuerda lavarte bien las manos de manera inmediata.

Además, de todas estas precauciones con su pelo, mantén tu casa lo más limpia que puedas, y pasa la aspiradora por ella como mínimo una vez a la semana. Si es posible, reduce la cantidad de alfombras y otros textiles que sean unos potenciales “atrapapelos” y puedan ocasionarte más de un estornudo.

En cualquier caso, hay una estancia de la casa en la que nunca debería entrar tu gato, y nos referimos a tu dormitorio. Preserva tu zona de descanso de su presencia, tanto para dormir sin ninguna incomodidad, como para asegurarte un espacio en el que siempre estarás a salvo de estornudos.

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