Razones por las que no conviene 'ponerle un cascabel al gato'
Los collares con cascabel son uno de los accesorios más populares y frecuentes cuando hablamos de gatos, sin embargo, podría estar causando a tu mascota numerosos problemas
Asociar la imagen de un gato a un collar con cascabel es algo mucho más frecuente de lo que imaginamos. En las ilustraciones de cuentos infantiles, en importantes obras literarias y teatrales, en producciones cinematográficas, campañas publicitarias… ¡hasta en el refranero español! Gatos y cascabeles han ido tradicionalmente de la mano y, a día de hoy, todavía existen muchísimas personas que continúan 'poniendo el cascabel al gato'. Sin embargo, por muy gracioso o bonito que nos pueda parecer ver a nuestros mininos caminar y jugar al compás de ese dulce tintineo, el uso de este complemento podría ser bastante perjudicial para ellos en diferentes sentidos.
¿Para qué se utilizan?
Más allá de una simple función estética, muchas personas deciden colocar a sus mascotas un collar con campanilla para poder localizarlos fácilmente. Quizás para quien viva en un piso pequeño no tenga demasiado sentido, pero para aquellos que tengan una gran casa con jardín puede ser una gran ayuda. También para estos últimos puede servir para evitar que nuestros amigos de cuatro patas vuelvan a casa con algún trofeo en forma de presa, ya que las alertará con el sonido y, con algo de suerte, podrán librarse del instinto cazador de los felinos.
¿Qué consecuencias pueden tener en nuestras mascotas?
Aunque cada gato tiene su propia 'personalidad', en general, a todos les gusta disfrutar de momentos de calma y tranquilidad. Además, su sentido del oído está especialmente desarrollado, llegando a captar frecuencias totalmente imperceptibles para los humanos, siendo capaces de percibir ultrasonidos de hasta 50 000 Hz, 30 000 Hz más que los humanos. Por esa razón, el constante repique de un cascabel puede resultar especialmente molesto para ellos, pudiendo hacer que entren en un permanente estado de ansiedad y nerviosismo. De hecho, son muchos los que terminan mordiéndolos y revolviéndose sobre sí mismos para intentar quitárselos del cuello por la fuerza.
Por otro lado, y a pesar de que no existen evidencias científicas concluyentes, la proximidad del tintín a sus orejas puede provocar a largo plazo daños permanentes en el tímpano y pérdidas auditivas debido a esta hipersensibilidad que tanto les caracteriza. Además, como ocurre con el resto de animales vertebrados, la clave de su perfecto equilibrio se encuentra precisamente en los canales auditivos, lo que les permite estar alerta ante cualquier peligro y les dota de una agilidad extraordinaria. Es por ello por lo que no se recomienda el uso de este tipo de accesorios.
Juguetes con cascabeles
Buena parte de los juguetes para gatos incluyen llamadores de forma externa o interna. En estos casos, los cascabeles no son perjudiciales para ellos, ya que el sonido solo se producirá durante el tiempo en el que nuestra mascota esté jugando con el objeto en cuestión.