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De la misma forma que cuando nos referimos a que es bueno o malo cuando optamos por hacer colecho, durmiendo con tus hijos cuando son muy pequeños, también debes considerar los pros y contras de dormir con tu mascota. Los perros generalmente prefieren participar y estar presentes en todo lo que hagan sus dueños, y dormir no es un excepción.
En todo caso, la decisión inicial debe ser del propio perro, si no le apetece y prefiere otro lugar donde dormir, probablemente tenga razones de peso. Es muy común que en verano busquen el rincón más fresquito de la habitación de la casa. Es una cuestión de temperatura. Por eso en otoño e invierno nuestra cama es un lugar mullido y calentito al que difícilmente se resistirá.
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Adiestrar también es poner límites
Si nuestra decisión es negativa, y no queremos que permanezcan en la cama, es muy importante hacérselo saber desde la primera vez que intentan subirse, y permanecer impasibles sobre esa decisión. Los perros encajan muy mal las excepciones, y les causarás menos estrés si llevas tu decisión hasta las últimas consecuencias, con rotundidad, que si te muestras variable. Porque el perro no sabe cuáles son tus razones, y si la rutina es variable, no tendrá una pauta sobre la que basarse.
Según la plataforma Houzz, el 14% de los españoles dueños de perros permiten que estos duerman en su cama. El porcentaje se dispara cuando se trata de gatos, que asciende hasta el 33%. Esto puede estar relacionado con el tamaño, pues la mayoría de los gatos pueden pernoctar en una cama humana sin ser un impedimento para el descanso de sus dueños. Pero no todos los perros, por su tamaño, podrían dormir con sus dueños sin resultar molestos y acaparar el espacio. Pero en CDC de Estados Unidos (el Centro de Control de Enfermedades) arrojó datos aún más impactantes, pues hasta el 50% de los dueños de perros, en norteamérica, prefiere que duerman en la cama.
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La calidad del descanso fue puesto a examen
Un equipo de psicólogos y neurólogos realizaron un estudio en la Clínica Mayo, de Estados Unidos, y para ello monitorizaron el sueño de 40 adultos con mascotas. Se trataba de personas que habían demostrado en exámenes anteriores que no padecían ningún tipo de trastorno del sueño. Durante cinco meses se estudió su calidad del sueño y las veces que se despertaban en la noche.
El resultado de la investigación fue que aquellos dueños de perros que dormían en la misma habitación que su perro, fuera en la cama o no, dormían peor: su descanso se veía interrumpido varias veces por la postura del perro, su respiración, ronquidos o ladridos esporádicos al escuchar un ruido que les inquietaba. Sin embargo, respecto a la calidad del sueño, entre las personas que duermen con los perros en la cama o simplemente en la habitación, en el primer caso conseguían un 80% de eficiencia y en el segundo un 83%. Lo común, según los expertos, está entre un 85% y un 89%.
El efecto psicológico también cuenta
Los perros son miembros de la familia a los que queremos y que apelan a despertar nuestros más tiernos sentimientos. Por eso, según un estudio del Northshore Sleep Medicine de Chicago, la razón por la que muchos dueños consienten dormir con sus perros es porque realmente les genera cierto placer percibir como el perro también duerme, el sonido de su respiración y el calor corporal que desprenden.
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