Cómo cuidar la higiene bucal de tu perro para prevenir enfermedades
Una correcta y completa limpieza diaria ayuda a mantener y prolongar el buen estado de salud de tu mascota
La salud bucal de tu mascota es casi tan importante como la tuya. Unos dientes en buen estado son un claro indicativo de que tu perro está sano y no padece ninguna afección grave. De este modo, cuidar y mantener una correcta higiene dental es fundamental a la hora de prevenir determinadas enfermedades (como infecciones, gingivitis o, en el peor de los casos, problemas estomacales, hepáticos o renales) y garantizar su perfecto estado. Lavar su boca con regularidad debe formar parte de su rutina de limpieza habitual, de modo que cuanto antes comiences a hacerlo -lo ideal es hacerlo desde cachorro-, más rápido se acostumbrará a ello. Además, ayudará a combatir otros inconvenientes como el mal aliento, las caries o la acumulación de placa. Aquí tienes una guía rápida con todo lo que tienes que saber sobre cómo cuidar su higiene bucal.
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¿Cómo limpiar su boca?
Limpiar su dentadura es una tarea parecida a como lo hacemos los humanos. Probablemente, al principio, el cepillado no sea de su agrado por lo que es conveniente irle acostumbrando progresivamente a que manipulemos con cuidado su boca o que introduzcamos poco a poco la mano en ella, siempre con precaución para que no se asuste y nos muerda. Debemos intentar elegir un momento en el que el perro no esté demasiado activo o esté lo suficientemente cansado para que no tenga muchas ganas de moverse y facilitar así el trabajo. Es recomendable no alargarlo demasiado al principio y empezar con movimientos suaves que resulten, en medida de lo posible, agradables para él. Incluso, puedes parar, aunque no hayas terminado, si se enfada demasiado. Según se vaya acostumbrando, aumenta el tiempo y la intensidad. Asimismo, es de utilidad hablarle de manera calmada y cariñosa para que permanezca tranquilo y no pierda los nervios.
¿Qué productos debo utilizar?
Es fundamental emplear productos específicamente creados para ellos y no los dentífricos destinados al consumo humano, puesto que estos casi siempre suelen contener flúor en su formulación química, un elemento altamente venenoso para los canes. En la mayoría de las tiendas especializadas puedes encontrar pastas especiales que resulten de su agrado, así como cepillos adaptados a su dentadura que hagan la tarea más cómoda y eficaz.
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¿Cada cuanto tiempo hay que hacerlo?
Algunos veterinarios recomiendan que, de forma similar a la de los humanos, el lavado debe ser diario para evitar que la suciedad se acumule demasiado y sea más fácil retirarla para que no se produzca la aparición de bacterias.
Sustitutivos
Si ves que el cepillado resulta muy desagradable para él o si se produce sangrado, puedes probar con otros sustitutivos a la limpieza tradicional como huesos (naturales o sintéticos) y juguetes blandos para morder que, además fortalecen sus dientes, encías y mandíbula. Estos últimos están realizados en caucho no tóxico y suelen tener muescas o huecos para que el perro pueda introducir los dientes y limpiarlos sin que él apenas se dé cuenta mientras está entretenido mordiendo. También puedes combinar el cepillado con este sistema para una limpieza aún más completa.
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Revisiones veterinarias
Independientemente del método de limpieza elegido, es conveniente que dediquemos un momento cada semana a revisar el estado de su boca y dientes para detectar a tiempo alguna posible anomalía. Estas pueden ser salivación o aliento excesivo; dientes desalineados, descoloridos o rotos; encías inflamadas o sangrantes; incrustaciones de sarro; o aparición de bultos o pólipos en la boca. En caso de la aparición de una o varias de ellas acude a tu veterinario para evitar que deriven en problemas graves. Incluso, aún cuando sus dientes están sanos lo más conveniente es que su boca sea revisada por un profesional, al menos, una vez al año.