Llega el verano, y lo que más apetece es coger esas ansiadas vacaciones que tanto se necesitan. Sin embargo, una vez que llegan, parece que no somos del todo capaces de desconectar del trabajo y descansar como es debido. Si no se tienen días de vacaciones, o los que se tienen no suponen verdaderamente un cambio respecto del periodo anterior, el organismo no descansa, no marca un límite psicológico entre un antes y un después.
Cuánto deben durar las vacaciones
Si quieres obtener un buen descanso, los expertos recomiendan tomarse al menos dos semanas seguidas de vacaciones. Aseguran que en 15 días te da tiempo a desconectar, a relajarte, a cuidarte, a divertirte, y a volver con ganas de reencontrarte con el trabajo y tus compañeros. Porque la función de las vacaciones no es solo descansar, sino llenarnos de energía para volver al trabajo y a la rutina.
Los descansos breves que duran, por ejemplo, un fin de semana largo, pueden servir para recargar las pilas después de un esfuerzo importante y puntual en el trabajo. Pero si hablamos de las vacaciones anuales, 15 o 20 días seguidos es un tiempo en el que nos garantizamos el descanso físico, psicológico y emocional. Para tener un verdadero descanso que permita desconectar por completo de los quehaceres laborales y recargar pilas para la vuelta, es imprescindible tener en cuenta una serie de recomendaciones.
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Deja el trabajo cerrado
Es aconsejable, antes de irnos, dejar el trabajo terminado. Habla con tus compañeros si te falta algo que tengan que terminar ellos, o de cualquier información que vayan a necesitar en tu ausencia. Si dejas todo bien atado te irás más tranquila, porque no es es lo mismo irse con la preocupación de haber dejado cosas sin hacer, que con la tranquilidad de que esté todo bien resuelto.
Mira el correo una (o ninguna) vez al día
Una regla de oro es que cuando ya estás de vacaciones, no hay que mirar el correo del trabajo, aunque te cueste desconectar del todo, sobre todo al principio. Si te provoca más ansiedad no mirarlo que hacerlo, adelante. Pero no lo hagas a cada rato. Revísalo solo una vez al día, y déjate el resto del tiempo para disfrutar de tus vacaciones.
Cambia la rutina
Es fundamental que se note que estás de vacaciones. Para ello, debemos cambiar nuestra rutina por completo. Nuestro cerebro se estimula cuando nos movemos y cambiamos los hábitos por cosas que no hacemos normalmente. Si vives cerca de la playa, busca la montaña para ir a caminar y cambiar de aires. Y si vives en el interior, corre a respirar el la brisa del mar. Todo lo que suponga un cambio nos beneficiará enormemente.
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Comparte tus días de vacaciones
Una de las cosas más positivas de las vacaciones es poder pasar más tiempo con nuestra familia y amigos. Compartir nuestro tiempo libre con otros nos hace sentir muy bien, pero tenemos que estar abiertos a que las cosas no salgan siempre como habíamos planeado y ser flexibles para tomar las cosas de manera más relajada posible. Las vacaciones no deben ser perfectas, deben servir para descansar y estar con la gente que queremos.
Encuentra tiempo para ti misma
Pero, además de todo lo anterior, las vacaciones son un momento idóneo para dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos y ver cómo estamos en el terreno personal. Reserva una parte del día, por pequeña que sea para ti. Durante las vacaciones no hay excusa para que no cuides de ti misma y te trates todo lo bien que te mereces.
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