Los gatos, aparte del pelaje que cubre su cuerpo, tienen unos sensibilísimos bigotes, más largos que el resto de pelos de su cuerpo y cinco veces más anchos, que reciben el nombre de vibrisas. Las vibrisas están ubicadas en áreas estratégicas alrededor de la cara y otras partes del cuerpo del gato. Y tienen funciones muy determinadas, tal y como vamos a ver a continuación.
Los bigotes de los gatos no son solo uno de sus atractivos. Son también una herramienta imprescindible de comunicación animal que necesitan para cazar, explorar el territorio y hasta expresar sus emociones.
¿Cuántas vibrisas tienen los gatos?
Los gatos tienen entre ocho y doce bigotes móviles a cada lado de su nariz. Aunque existen excepciones con bigotes de más y de menos, la mayoría de gatos cuentan con entre 16 y 24 vibrisas en esta zona de su cara.
Estos bigotes son diferentes al resto de los pelos que cubren el cuerpo del animal, y actúan como receptores táctiles (captan información del exterior). No son exclusivos de los gatos. También los tienen otros mamíferos como los perros, los zorros, y hasta los humanos (en nariz y orejas).
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Bigotes más allá del hocico
Estos pelos rígidos, o vibrisas, no se encuentran únicamente en la zona inferior del hocico del felino. Los gatos suelen tenerlas en las cejas, los bigotes, detrás de las patas delanteras y, en algunos casos, en la barbilla.
Además, son cinco veces más anchos que el resto de pelos de su cuerpo, y están insertados tres veces más profundos en la piel para unirse a múltiples terminaciones nerviosas a través de células sensitivas. Esto les convierte en animales extremadamente sensibles a casi cualquier movimiento que ocurra a su alrededor.
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Les ayudan a “ver de cerca”
Los gatos son carnívoros cazadores, por lo que sus ojos se han especializado en localizar presas a distancia. Por eso, sus ojos felinos han evolucionado de tal forma que pueden enfocar hacia delante y a cierta distancia.
Esta cualidad, sin embargo, tiene una contrapartida: los gatos suelen tener problemas para ver con nitidez los objetos más cercanos. En concreto, aquellos que están a menos de 30 centímetros de sus ojos.
Por suerte, para compensar las limitaciones de visión cercana, los gatos giran sus bigotes hacia delante y captan estímulos que llegan al cerebro y les proporcionan una imagen muy detallada en 3D de lo que tienen frente a ellos.
Sirven para explorar y protegerse de los peligros
Los bigotes del gato funcionan como una alerta de lo que ocurre a su alrededor, a causa de su alta sensibilidad. Sirven para avisar al felino de que algo se aproxima a su cara, y así puede eludir choques contra paredes y otros obstáculos, del mismo modo que puede evitar acercarse a objetos peligrosos para sus ojos o cara. Gracias a sus bigotes, los gatos puedes realizar sin miedo sus escarceos nocturnos y descansar sin preocuparse por bajar la guardia.
La forma de saber si entran en un agujero
La longitud de las vibrisas superan tanto la altura (en las cejas) como la anchura del animal, permitiendo medir el espacio por donde puede pasar. Los bigotes le ayudarán a saber si puede pasar o no por un agujero concreto, siempre que el gato no padezca sobrepeso, ya que sus bigotes no le darán una percepción real del tamaño de su cuerpo.
Para los gatos, sus bigotes funcionan como una regla natural que les permite estimar si un espacio es demasiado reducido, o no, para entrar en su interior.
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Lo que nos cuentan sus bigotes
A través del lenguaje corporal de los animales podemos deducir si se encuentran mal, si están asustados o angustiados. En el caso de los gatos, contamos con las orejas y la cola como una parte esencial de su lenguaje corporal. Sin embargo, los bigotes también nos ofrecen información muy relevante acerca de ellos:
- Cuando sus bigotes están de costado, es porque se encuentra relajado.
- Cuando las vibrisas están echadas hacia atrás, a lo largo de sus mejillas, es muy posible que nuestro gato sienta miedo, estrés o se encuentre enfermo.
- Cuando está contento, sus bigotes se extienden como si se tratara de un abanico.
- Si algo le produce curiosidad, los bigotes se extenderán hacia delante, incluso por delante de su hocico. Esta misma posición la exage si se siente amenazado y toma una actitud de defensa que le permita atacar si es necesario.