Si tienes perros y, especialmente, si es una hembra, seguro que habrás oído hablar del embarazo psicológico, un estado que se da en algunas de ellas y que, en general, no supone ninguna amenaza para la salud de tu mascota. Sin embargo, hay que vigilarles.
Esta pseudogestación puede aparecer, aproximadamente, entre un mes y medio o dos meses después de la ovulación -o celo-, aunque no haya habido monta. "Aunque durante mucho tiempo se ha considerado como una patología, los últimos estudios van encaminados a clasificar la pseudogestación como una entidad fisiológica del ciclo reproductivo de la perra y está relacionada con una mayor liberación de prolactina. La prolactina es una hormona proteica emparentada con la hormona del crecimiento que actúa sobre el tejido mamario estimulando la producción de leche y comportamientos de “nido”, el cual es muy característico en las perras con embarazo psicológico que suelen adoptar peluches y juguetes en general como si fueran sus crías", señala la veterinaria Belén López, directora de las clínicas Kivet, centros colaboradores de Kiwoko.
También hay autores que consideran la pseudogestación como un comportamiento heredado de los lobos, que asegura la supervivencia de la manada. Se produce para aumentar las posibilidades de los lobeznos de sobrevivir, ya que habrá más hembras capaces de producir leche y amamantar a las crías. Otras especies también lo pueden experimentar.
Si sospechas que lo padece, acude al veterinario para ver si tu animal de compañía se encuentra en buen estado de salud y si, efectivamente, no hay un embarazo real.
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¿Cuáles son los síntomas del embarazo psicológico?
Para saber si tu perra está teniendo una pseudogestación, observa cómo se comporta. Por ejemplo, puede mostrarse intranquila, irritable, sufrir pérdida de apetito y puede ganar peso.
Aunque uno de los síntomas más visibles del embarazo psicológico es la hinchazón de las mamas y la producción de leche. Como decíamos, se debe a la acción de la prolactina, la hormona que participa también en el instinto maternal de la hembra. Esta hormona hará, además, que 'adopte' cualquier objeto que le parezca un cachorro y que se lo lleve a su cama para poder criarlo.
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¿Qué riesgos tiene?
En principio, no entraña ningún riesgo para tu animal y, lo más probable, es que pase en unas dos semanas. En cualquier caso, "debemos controlar los cambios que produce la perra, como cambios de actitud que pueden llevar a situaciones de agresividad o la producción de leche a mastitis. Además, en hembras en las que se presenta con mucha frecuencia tienen mayor incidencia de infecciones uterinas", señala la experta.
Asimismo, se aconseja tratar de evitar que la perra se lama las mamas ya que puede acabar produciéndose una mastitis. También hay que disminuir, en la medida de lo posible la conducta maternal que le conduce hacer 'nido' y quitarle los muñecos u objetos que haya adoptado para que no se prolongue más de lo debido. La mejor manera de hacerlo es distraerla sacándole más a pasear para que haga ejercicio y jugar con ella.
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