La primera mitad del mes puede ser de transición en diversos aspectos, ideal para dedicarte a la introspección y la reflexión. Aprovecha estos días para buscar momentos de soledad en los que puedas conectar profundamente contigo mismo. Es crucial prestar atención a tu cuerpo, tu salud y tus emociones; este podría ser el momento perfecto para revisar y ajustar estos aspectos. Este es un periodo propicio para la espiritualidad y la búsqueda de lo esencial, permitiéndote dejar atrás cargas y preocupaciones innecesarias.
Por otra parte, ojo a los retos que pueda haber en el ámbito profesional o la relación con los padres.
En cambio, la segunda mitad del mes, con el Sol y Venus pasando por tu signo, presenta una tendencia totalmente contraria. Un tiempo apropiado para disfrutar la vida, desarrollar la creatividad o gozar de situaciones y experiencias fuera de lo común. Bien llevado, buena ocasión para buscar la paz, la armonía o mejorar las relaciones personales, así como todo cuanto tenga relación con la ética o la estética, tanto personal como en el entorno. Pero, si no se canaliza bien, puede haber tendencia a la pereza o la glotonería.