Al ser dos signos bajo el influjo del elemento Tierra su forma de entender la vida coincide en muchos puntos y es fácil que, desde el primer momento, surja una fuerte atracción. Tauro se sentirá a gusto dejándose cuidar y Virgo verá aliviadas sus preocupaciones con optimismo y humor.
Pero si llegan a convivir juntos el carácter de Virgo es mucho más minucioso que el de Tauro y no soportará que éste se pase un día disfrutando del sillón y del mando a distancia sin ordenar la casa. Tauro no soportará las “regañinas” de su perfeccionista pareja y se agotará de tantas exigencias. Pero, como son almas afines, las discusiones durarán poco y siempre encontrarán puntos de inflexión en común.
Lo mejor. Comprensión, íntima complicidad y apoyo mutuo. Sexo armónico y tranquilo.
Lo peor. Fijarse metas materiales y económicas demasiado altas. La monotonía.