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Se trata de dos signos muy diferentes, principalmente, porque Virgo es un detallista nato, le gusta tenerlo todo catalogado y es un observador nato; Aries, por el contrario, no ve alicientes en los detalles y no es de los que se paran a observar, lo suyo es ir sobre la marcha.
Pero en esa diferencia estará también el aliciente que podría mantenerlos unidos, consiguiendo que sus puntos de vista, aunque opuestos, apunten hacia los mismos objetivos de futuro. Además se tienen tanta confianza que están seguros de que ninguno de ellos traicionará al otro, de ahí que se cuenten mil secretos en noches estrelladas. Si son capaces de superar sus diferencias de carácter, la convivencia resultará enriquecedora para ambos.
Lo mejor. Adaptación, objetividad y confianza. Ilusiones compartidas.
Lo peor. La falta de diálogo y los desacuerdos. Echarse mutuamente la culpa de los fallos.
