Ten presente, ante todo, que Saturno está pasando por tu signo. Este paso planetario se produce tan solo una vez cada 29 años aproximadamente y su visita suele durar algo más de dos años. Es el inicio de un ciclo de nuevas y grandes responsabilidades, esfuerzos o sacrificios. Tiempo de hacer balance y reestructurar tu vida en muchos sentidos, así como de tomar importantes decisiones. Y conviene hacerlo bien, puesto que se trata de un planeta bastante vinculado con el karma y, tarde o temprano, acaba pesando la realidad y pidiendo cuentas. Habrá que tener cuidado con las barreras o límites que impongas o que te puedan imponer. Además, si no haces las cosas bien hechas y a conciencia, es probable que te asalten sentimientos de soledad, fracaso o impotencia. O podría marcar el fin de un importante ciclo.
Todo esto puede estar vinculado a que tu mente será un hervidero que puede llevarte a actitudes un tanto radicales o fuera de lo común. Algo que, no obstante, puede ser creativo si lo usas bien.
Durante la segunda mitad del año puede cobrar protagonismo la vida familiar.