"Decían que
formábamos la pareja
más bonita del mundo. Nosotros saboreábamos
la felicidad del instante". La boda tuvo lugar el
19 de Abril de 1956 en la catedral monegasca
de San Nicolás.
"Nos gustaba
Sinatra.
Era un hombre con un corazón extraordinario
que actuaba gratuitamente a beneficio
de la Cruz Roja, sin que nadie lo supiera.
Venía a menudo de vacaciones a Mónaco".
La instantánea fue tomada en 1958 en
Montecarlo
Pero Raniero prefiere guardar los malos momentos y
recuerda con cariño y nostalgia los nacimientos de sus hijos, Carolina,
Alberto y Estefanía, los tres nacidos en palacio a petición de
Gracia, que conservó siempre su espectacular belleza: "Todos los
nacimientos fueron bien... y la princesa estaba siempre igual de
hermosa".
Ha tenido tiempo para conocer a importantes personalidades, entre las que le
impactaron, especialmente, los Papas de Roma: "El Papa Juan XIII era un
hombre encantador... y Pío XII, que me pareció más
accesible, daba la impresión de ser la antesala de Dios".
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EXCLUSIVA
Mientras se sigue recuperando de las delicadas operaciones a que fue sometido
EL PRINCIPE RANIERO
Comenta las imágenes relacionadas con los
recuerdos más emocionantes de sus cincuenta años en el Trono de
Mónaco |
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Cincuenta años en el Trono de Mónaco
convierten al príncipe Raniero en uno de los monarcas más
veteranos y queridos por su pueblo. Curtido en mil y una batallas, conoce la
tragedia y el sufrimiento pero también el amor y la amistad como
herramientas de una auténtica felicidad.
En una entrevista exclusiva, el príncipe Raniero, convaleciente de sus
últimas operaciones de pulmón, nos comenta las imágenes de
su vida junto a su mujer, la princesa Gracia, su familia y sus amigos. Momentos
tan felices como la llegada al principado de la estrella de Hollywood y la
boda, celebrada un 19 de abril de 1956 en el pequeño estado de la costa
azul francesa. Cincuenta años de alegría en los que
también hay dolor. Aquel fatídico 14 de septiembre de 1982,
cuando Gracia fallecía en un accidente de tráfico, permanece
clavado en su memoria dieciocho años más tarde.
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"Con el Rey Juan
Carlos, apasionado
de la vela como yo, mantenemos relaciones de
verdadera amistad". En la imagen, Raniero y su
hijo el príncipe Alberto, con don Juan Carlos
con ocasión de la visita realizada en
septiembre de 1997.
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