Bajo la hiedra y con el frío invierno como testigo, monto una mesa colorida enfrente del prado. El sol y la luz de estos días permiten disfrutar de los almuerzos al aire libre. Elijo un mantel colorido que casi se funde con el entorno. Paseo por el huerto en busca de hojas de col que utilizo como originales bajoplatos.
La vajilla me recuerda a mi infancia porque eran los mismos platos que usábamos en casa de pequeños. Es curioso cómo, con el paso del tiempo, los recuerdos envejecen de manera distinta. Me ayudo de cestas de ratán para llevarlo todo y después las dejo junto a la mesa a modo de decoración. Las sillas de hierro, que todos hemos visto en casa de nuestros abuelos, las recupero para darle un toque retro. A veces pienso que he nacido en el siglo equivocado por mi amor a las tradiciones y a todo lo clásico. El pollo relleno lo hacemos en casa, con su salsa y su guarnición. Sin prisa… pero sin pausa.
Una mesa bajo la hiedra
Truco para lavar los manteles estampados y que no pierdan el color
El primer lavado se hace en frío, con sal gorda; un lavado corto, de unos 15 minutos, y luego se deja secar a la sombra. Los siguientes lavados ya pueden ser normales.
Pollo relleno con puré de manzana y salsa
Ingredientes
Medio kg de carne picada de pollo ecológico de @nanafooders, orejones, ciruelas pasas, aceite de oliva, sal y pimienta, cebolla, ajo, 2 huevos y perejil.
Elaboración
Aliña la carne picada con sal y pimienta, ajo y cebolla picados, perejil, los orejones y las ciruelas cortados en pedacitos y los dos huevos batidos. Una vez hecha la mezcla (recomiendo hacerlo con las manos), ponla en un molde rectangular engrasado con aceite de oliva, tapa con papel de aluminio y cocina una hora al horno al baño María a 180 grados. Deja enfriar, desmolda y corta en filetes.
Para la salsa
Pocha dos cebollas grandes en una sartén con dos cucharadas de aceite hasta que se caramelicen y adquieran un tono dorado. Se puede añadir un chorrito de jerez para darle un toque más sabroso. Tritura y sirve con la carne. Acompaña el plato con la salsa y con puré de manzana.
Mi dormitorio
Siempre soñé con un dormitorio amplio y con mucha luz. En el mío paso las horas escribiendo mi sección, tomando largas siestas con mis perros o disfrutando de un buen desayuno en la cama con vistas al campo. Reinan los colores neutros que me dan paz y tranquilidad y he prescindido de las cortinas porque me gusta despertarme con la luz del sol. Los retratos familiares salpican las paredes cubiertas de papel japonés. La alfombra de pelo, el romántico cabecero y la chimenea que enciendo en los días fríos, hacen de mi dormitorio un lugar idílico.
Un almuerzo de perlas
Recuerdo a mi madre con su coleta y su collar de perlas. No sé por qué, hay imágenes que no elegimos, pero que se nos quedan grabadas. Aquellas perlas de @majoricaofficial fueron su emblema y almorzar en Horcher para celebrar esta marca ha sido como retroceder en el tiempo y verla a ella con esta joya pegada al cuello.
Adoro sus finos collares que me pongo con un jersey de cashmere en mi día a día o que combino con el traje más sofisticado. Gracias por este viaje en el tiempo.
Viaje a Estocolmo
Estocolmo abarca catorce islas y más de cincuenta puentes en un extenso archipiélago del mar Báltico. Me fascinó pasear por sus calles de adoquines mientras contemplaba los edificios color ocre de Gamla Stan, el casco antiguo. Se trata de una ciudad de contrastes que me conquistó con su belleza y arquitectura, con sus amplios parques y zonas verdes y con sus gentes amables. Me gustó su gastronomía y pasear por sus anticuarios, donde compré varias cajas de porcelana para mi pequeña colección.
El soleado tiempo acompañaba y nada como perderse por sus calles para luego tomar una cerveza al sol. La vida en la ciudad es muy agradable y me llamó la atención la inmensa variedad de tiendas de decoración y de moda a las que me he vuelto adicta.
Por el tiempo, sus ciudadanos cuidan mucho el interior de sus casas, que invitan a cobijarse del frío como si de una guarida se tratase. No dejéis de visitar, además de la parte antigua, el Palacio Real, la iglesia de Riddarholmen y el Parlamento. ¿La mejor época para visitarlo? Sin duda, en verano.
Tips para descubrir a ciudad
Pasead por Gamla Stan y bichead sus anticuarios y edificios de color ocre. También recomiendo visitar el parque de La Rosaleda, el Museo Prince Eugene y el museo fotográfico.
Comed en el restaurante más antiguo de Estocolmo, Den Gyldene Freden, perfecto para almorzar o cenar con velas; id a B.A.R, donde podéis escoger vuestro propio pescado para que lo hagan a la brasa. Si queréis algo animado, Rolfs Kok es vuestro sitio.
No os perdáis las tiendas vintage de SoFo, donde encontraréis verdaderas reliquias. Comprad en Totême, en Filippa K y, para decoración, visitad Byredo, Skultuna y Asplund.
Una buena opción para alojarse es el hotel Diplomat que, sin duda, tiene las mejores vistas y un desayuno sencillamente espectacular.