La historia de amor de María de León con Irlanda viene de lejos, pues comenzó cuando era una niña de apenas siete años. Ese verano tuvo lugar su primer viaje allí, a modo de inmersión linguística, y desde entonces no ha dejado de volver una y otra vez, hasta poder decir hoy en día que el país es su "segundo hogar".-Háblanos de esta relación tan especial con este país, María.-Irlanda es mi segunda casa, mi refugio.
Cuando veo que mi ritmo de vida me lleva a desconectar del centro de mi ser, entonces es el momento de volver. Estar cerca de la naturaleza me hace sentir mucha paz. E Irlanda es un tesoro; todo verde, frondoso, con sus vacas y peculiares ovejas de colores.
De pequeña, mis padres me mandaban allí cada verano con una familia para aprender inglés y eso ha hecho de mí una persona aventurera y de mente abierta. Los irlandeses son gente maravillosa, lo que ha hecho que allí tenga algunos de mis mejores amigos, que ya considero parte de mi familia.
-¿Dónde sueles ir, en concreto?
-Mi base es Dublín, pero vivo en un pueblo costero que se llama Blackrock, donde me siento como una lugareña más. Allí vivo una vida sencilla y centrada en el bienestar. Hago yoga en el centro YogaHub de Frascati. Me voy a leer a la cafetería Hatch. Escribo. Allí he escrito la mayor parte de mi libro, Vivir con sentido, que próximamente publicaré con la editorial Roca de Penguin Random House.
-En esta ocasión visitaste Kilkee, los acantilados de Moher e Inishmore, una de las islas Aran. ¿Por qué estos lugares?
-Quería visitar las islas Aran por la película Almas en pena de Inisherin (2020), que se rodó allí, y por los famosos jerseys de lana irlandesa que son originarios de allí. Eran los que llevaban los pescadores para protegerse del frío y ser reconocidos. Los paisajes son de una belleza espectacular.
Para ir hay que coger un ferry en Galway o Rossaveel, y recomiendo ir a pasar el día y alquilar una bicicleta eléctrica para que te dé tiempo a recorrer cada rincón. No hay muchas alternativas de restaurantes, porque la isla es pequeña, pero uno de los más auténticos es Teach Nan Phaidi, donde se puede tomar el tradicional guiso irlandés y una Guinnes, si bebes alcohol. Yo me suelo mover en coche partiendo de Dublín y hasta Kilkee son unas tres horas. Es uno de los lugares elegidos por los habitantes de Galway para pasar sus vacaciones, porque está muy cerca.
-¿Qué es lo que más admiras y disfrutas allí?
-Una de las tradiciones que más admiro de los irlandeses es que muchos de ellos se bañan en el mar cada día del año, aunque haga un frío pelón. Es un hábito medicinal, porque les aporta energía y vitalidad. Kilkee es un lugar ideal para esos baños terapéuticos porque se forman piscinas en las rocas, cuando está la marea baja. Y también me parecen una maravilla sus acantilados. Puedes darte unos paseos increíbles. Una de mis actividades favoritas es tumbarme en la mullida hierba, que parece un auténtico colchón; me encanta leer y después meditar ahí. No hay mejor terapia para calmar mi cuerpo, mente y espíritu.
-¿Algún consejo para quien quiera viajar a este lugar?
-La maleta para ir a Irlanda tiene que ser un mix porque el tiempo es imprevisible. No puede faltar un jersey de lana gordo, un chubasquero, un plumas sin mangas (perfecto para quitar y poner) y zapatillas de deporte para las caminatas. Para un toque irish más sofisticado incluyo alguna prenda de tweed, ya sea gorra, chalequillo, blazer o pantalón. Y siempre llevo una mochila porque es lo más cómodo para andar y para montar en bici.
Su guía más personal
PARA COMER: Cerca de Kilkee recomiendo The Long Dock, un pub-restaurante donde se puede tomar un pescado increíble”.
UN DULCE: “Hay que probar uno de los famosos helados 99, hechos con crema de leche irlandesa, que está buenísima”.
DE COMPRAS: ”Adoro The Stable. Tiene una selección de ropa, accesorios y objetos de decoración ‘Made in Ireland’ maravillosa. Me gustan especialmente sus jerseys de lana, chalequillos y mantas. Las fundadoras, Sonia Reynolds y Francie Duff, fueron dos modelos muy reconocidas”.
PARA DORMIR: “Siempre recomiendo Airbnb porque puedes encontrar unas cabañitas idílicas”.