Hablar de Clara Muñiz es hablar de música. Quienes la conocen desde pequeña, tarareando a cada rato, un poco teatral y asistiendo extasiada a las mejores óperas, ballets y recitales, saben que estaba destinada a convertirse en la cantante que es hoy. Ser hija de la pianista Rosa Torres-Pardo, artista residente de la New York Opera Society, miembro del Instituto Cervantes y Premio Nacional de Música 2017, y Miguel Muñiz, antiguo director del Teatro Real de Madrid, fue sin duda el perfecto caldo de cultivo. “El escenario ha sido siempre mi lugar favorito”. Uno que, de un tiempo a esta parte, compagina con la “familia de cuatro” que ha creado junto al empresario Daniel Arigita y su labor como modelo y prescriptora de moda. Recién estrenada la maternidad de su segunda hija Camila, casi dos años después de recibir al pequeño Nicolás, la española -escoltada por su perro Spoon- nos da la bienvenida a su casa del pantano de San Juan. Una segunda residencia, a menos de una hora de Madrid, que destinan a fines de semana y vacaciones. Allí, los Arigita Muñiz desconectan del bullicio de la capital y se entregan a la felicidad prosaica de pasear por la montaña, salir a navegar o hacer una paella con sus íntimos.
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-¿Cómo disteis con este chalet?
-Teníamos varios amigos con propiedad en el pantano y, de tanto invitarnos, acabó por enamorarnos, lo cual no es muy difícil porque para nosotros esto es un paraíso.
-¿Andabais buscando algo en particular?
-Un sitio donde poder relajarnos, hacer deporte en contacto con la naturaleza y, sobre todo, reunir a familia y amigos. Nos pareció un lugar inmejorable a solo 50 minutos de Madrid donde ver crecer a nuestros hijos.
-¿Tuvisteis que hacer mucha reforma?
-Esta vivienda fue construida en 1978 y, aunque estaba muy bien planteada para una casa de campo, renovamos todo menos la estructura. Fue una reforma integral, pero respetando el entorno y la idea original.
-¿Cuál fue el estudio de arquitectura e interiorismo elegido para llevarla a cabo?
-Rebuelta Domecq. Nos entendemos muy bien y ya nos habían ayudado con otros proyectos anteriores.
-¿Cómo describirías el resultado?
-Es un hogar versátil, fresco en verano y acogedor en invierno. Está pensado para estar todos juntos en familia. A pesar de tener dos pisos, la vida se hace en una sola planta dividida en varias estancias. Quisimos preservar la esencia “pantanera”, conservando ciertos elementos originales como las vigas de madera del techo, las librerías y los grandes ventanales.
-Quien tiene buena mano con la moda, suele tenerla también con la decoración. ¿Es así en tu caso?
-Me apasiona la estética en todas sus versiones. ¡Me hace feliz! Disfruto incluso más comprando muebles que ropa, aunque también es cierto que eso no sucede tan a menudo.
-Tu padre, Miguel Muñiz, es un gran coleccionista de arte. ¿Compartes esta inquietud?
-¡Sí! Mi padre, además, se animó a hacer sus propias esculturas después de jubilarse. Creo que las obras de arte definen la personalidad de un hogar y para mí es un sueño poder coleccionarlas.
-¿Qué artistas te inspiran?
-Me entusiasman la pintura y la escultura, disciplinas en las que destacaría a Teresa Solar, Dis Berlin, Antonio Ballester Moreno, Eduardo Arroyo, Andreu Alfaro, Eduardo Úrculo, Manolo Paz, Antón Lamazares, Richard Serra o Elena del Rivero.
-¿Alguna pieza que guarde especial valor para ti?
-Una vela escultórica extragrande de la diseñadora belga Hélène del Marmol que me regalaron mis amigos por mi cumpleaños. Cuando la enciendes se va consumiendo y salen nuevas mechas que prender. Es preciosa.
-Seguro que le has dado su lugar... ¿Cuáles son tus rincones favoritos? Y no necesariamente por las cosas que hay en ellos.
-La sala de estar junto a la chimenea, donde dormimos la siesta. Me encanta porque el sofá da a la ventana y tiene unas vistas espectaculares.
-Aparte de esta agradable cabezada, ¿qué otro tipo de planes soléis hacer?
-Practicamos mucho deporte. En invierno Dani monta en moto y, en verano, hace esquí acuático. Ambas estaciones me gustan y tienen su atractivo. Damos paseos por la montaña y, cuando hace bueno, bajamos al barco y tomamos el aperitivo con amigos, un plan que con niños es insuperable.
-¿Sois 'cocinitas'?
-Depende. Yo cocino más a diario recetas simples, pero el 'cocinitas' de verdad es Dani. Tiene más arte que yo, todo lo que hace le sale bien de manera innata.
-¿Cuál es su plato estrella?
-La paella. Suele hacerla cuando tenemos invitados, porque es un plato que puede preparar mientras está con la gente, sin necesidad de encerrarse en la cocina.
-¿Encontráis tiempo para todo con dos 'peques'?
-Nuestro estilo de vida es bastante ajetreado. Dani y yo somos muy inquietos y nos gusta estar ocupados. Nos encantan los fines de semana con los niños, la familia y los amigos, hacer deporte, pasarlo bien y viajar.
-¿Ha trastocado mucho la rutina familiar la llegada de vuestra segunda hija?
-La verdad es que todos los miedos que tenía antes de dar a luz han desaparecido. Al final, te organizas y, aunque evidentemente es un cambio enorme, tenemos la suerte de que Camila come y duerme genial. Nicolás es muy pequeño aún y requiere mucha atención, quizás incluso más que antes, por lo que es un inmenso alivio que la niña descanse tan bien.
-Ahora ellos se habrán convertido en tu mejor público. ¿Sueles cantarles?
-¡Constantemente! Y en ocasiones, con mi madre al piano, interpretamos canciones de Sonrisas y lágrimas.
-¿Qué tipo de música se escucha en casa de una artista que, además, desciende de una reputada pianista y del exdirector del Teatro Real?
-Una selección bastante variopinta. Adoro la música clásica, porque la llevo en la sangre: la suite Iberia de Albéniz, las Goyescas de Granados y la tercera sinfonía de Prokófiev han sonado a lo largo de mi vida, pero los compositores rusos -Stravinski, Chaikovsky y Rachmaninov- son mis preferidos. También me apasiona la música cubana, las cumbias, las habaneras, el jazz, el blues, el soul y, por supuesto, el rock, especialmente el de los años 60.
-¿Cómo ha sido crecer rodeada de música?
-Creo que es algo de lo que te das cuenta con el tiempo. Antes lo daba por hecho y es ahora cuando soy consciente de la suerte que he tenido. Desde pequeña me han llevado a ballets, óperas y recitales. Esto me ha enseñado muchísimo, sobre todo a desarrollar cierta sensibilidad. Les agradezco a mis padres habérmelo inculcado desde la infancia.
-¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser cantante?
-Es una de esas cosas que siempre supe. He estado en escenarios desde niña, por lo que nunca me he planteado otra cosa. Tengo claro que voy a cantar toda mi vida, hasta que aguanten mis cuerdas vocales.
-¿Cómo se presenta el 2025? ¿Se vislumbra un disco en el horizonte?
-El 2024 lo he cerrado con muchos logros personales y laborales. Sería increíble añadir un álbum a los de 2025.
-Hablando de propósitos para el año que comienza. ¿Cuáles son los tuyos?
-Evolucionar profesionalmente; me encantaría emprender, es algo que llevo tiempo queriendo hacer y tengo ya algunas ideas. Grabar un disco sería maravilloso y ver crecer a los niños. No sé si eso puede considerarse un propósito, pero desde luego me apetece mucho.
Sus básicos
- Direcciones ‘deco’. “Dani me regaló una lámpara diseñada por Florian Schulz del estudio Sierra de la Higuera, que tiene muebles ideales”. Pero no es la única tienda de decoración en la que Clara confía; entre sus firmas de cabecera también están Berenis, Le Secret, La Recova y, ocasionalmente, IKB, Carina Casanovas, Vntg y Catawiki.
- Un truco y un plan. A la cantante le gusta darle protagonismo a las piezas que la enamoran y perderse por El Rastro de Madrid los domingos y, más concretamente, por Galerías Piquer. “Cada negocio tiene su encanto, me chifla rebuscar hasta dar con tesoros retro y antigüedades”.