Esta vez viajo a Francia, a la región de Champagne, donde he podido visitar y conocer de primera mano la bonita historia de Moët & Chandon. Visité sus maravillosas bodegas en Épernay para luego alojarme en el Château de Saran, propiedad de la familia, donde pude disfrutar de un desayuno típico francés. A la mesa, dispuesta en el comedor, no le faltaba detalle.
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Desayuno a la francesa
La delicada vajilla de flores de porcelana, la fruta dispuesta en cristalería con diferentes alturas, los frutos secos en bomboneras, las cestas repletas de bollería típica de la zona y los pequeños platitos repletos de mantequilla salada y mermeladas caseras invitaban a alargar el desayuno. Las flores en tonos blancos y verdes, la bonita lámpara que colgaba del techo y las vistas al campo viendo amanecer, me hacían retroceder en el tiempo. No podía faltar uno de mis platos preferidos para empezar bien el día, huevos revueltos con mantequilla y jerez. Bon Appetit.
Mi salón
Presidido por una gran chimenea, mi salón es un espacio acogedor donde me gusta disfrutar de un buen libro, de una copa de vino delante del fuego, o donde me reúno con mis amigos para jugar a las cartas y mantener largas conversaciones.
La mesa de cristal está repleta de libros de sobremesa, la lámpara que cuelga del techo le da un toque vintage y las tapicerías de cuadros me recuerdan a la campiña inglesa. Mi perra Bona siempre aprovecha algún descuido para subirse al sofá mientras yo miro hacia otro lado… me encanta dormir la siesta junto a ella.
Arrancar el año con amigas
Nada hay más especial que estrenar un nuevo año entre amigas. Begoña Pérez, de @nanafooders, y Paola Freire, de @foodtropia, ejercen de anfitrionas, ya que a ellas les debemos un menú muy especial: crema de calabaza y pollo relleno ecológico en salsa con acompañamiento de orzo con setas, un delicado plato que puedes encargarles y queda de lujo con tus invitados. Nos reúnen en el evocador espacio de Mestizo, alrededor de una bonita mesa, para pasar el rato y charlar de lo divino y lo humano. Adoro almorzar rodeada de piezas con tan buen gusto como las que Sofía Leirós, de Mestizo, trae de sus viajes por todo el mundo. ¿El toque dulce? Unos delicados pastelitos de @balbisiana.
Viaje al Marruecos más exótico
Mi hijo Pepe es mi mejor compañero de viaje. Ponemos rumbo a Marrakech para pasar unos días entre camellos, pasear por la Medina donde Pepe queda fascinado por sus estrechas callejuelas, sus colores y su olor a especias e incienso. Quería enseñarle un país de contrastes y, sin duda, Marruecos es uno de ellos.
Adoro su arquitectura, sus gentes amables, sus pequeños secretos escondidos y el paso hacia la modernidad que ha dado esta ciudad en los últimos años. ¿El plan perfecto? Ver los camellos de primera mano, disfrutar de un buen Hamman, comer helado casero en la Medina y comprar jabones hechos a mano.
Mis Tips
Para alojaros, el Palais Khum, un pequeño hotel "boutique" sin pretensiones que os encantará, o Villa Aaron, que acaba de abrir sus puertas (en este último aún no sirven alcohol).
Pasead por la Medina y comprad especias, cerámica hecha a mano y caftanes en La Maison du Caftan.
Los mejores helados para reponer fuerzas los encontraréis en Ice Mama.
Me gusta llevarme jabones elaborados artesanalmente en L’Art du Bain, donde mi preferido en el de olor a rosas.
Almorzad en Le Jardin y cenad en Casa Lalla, donde sirven buenos cócteles.
Para terminar el día, os recomiendo que os deis un hammam tradicional en Les Bains Du Lotus.
No puede faltar una excursión de un día al desierto y visitar Le Jardin Majorelle.