Para Mercedes Peralta la casa que su suegra, Pilar Lladó, tiene a las afueras de Madrid guarda un significado especial. No solo por los muchos fines de semana y días de Reyes en los que allí se reúne con su familia política, sino también porque ella misma se ha encargado de decorarla arropada por los miembros del clan Arena Lladó. La arquitecta de interiores, una de las mitades de Las 2 Mercedes, el estudio que lidera junto a su socia y amiga Mercedes Valdenebro, nos recibe en el hogar que tantos aperitivos, sobremesas y tardes en el jardín ha presenciado desde que la madre de su esposo, Juan Arena, se prendara de la propiedad.
Esta sevillana afincada en la capital hace más de una década, hija del legendario rejoneador Rafael Peralta Pineda y de Mamer Revuelta González, nos enseña por primera vez el chalet donde la consultora -integrante del patronato de ARCO durante quince años- exhibe su amplísima colección de escultura, pintura y fotografía. Tan arty y refinado como su dueña, sirve de refugio y lugar de encuentro a lo largo del año.
-¿Cómo dio tu suegra con esta vivienda?
-Pilar vivió siempre en Somosaguas, pero llevaba unos años en el centro de Madrid, donde no se terminaba de ver. Así que, buscando con mi cuñada, la encontró.
-¿Por qué se decantó por ella?
-Quería una residencia que pudiera dividirse fácilmente para vivir con su hija, pero a la vez que cada una pudiera mantener su independencia, y esta en doble altura era perfecta.
-Confió en ti para el interiorismo, ¿cierto?
-Sí, pero fue un trabajo en equipo, porque Pilar tiene una gran personalidad y la familia de mi marido, mucho gusto para las casas y un buen ojo para el arte.
-¿Abordaste el proyecto a título personal o como un encargo para Las 2 Mercedes?
-A título personal. Al final, se trata de mi familia y todos hemos participado. Jacobo Lladó, sobrino de Pilar y un maravilloso arquitecto, ha sido clave.
-¿Es más complicado trabajar para la gente de tu círculo o más satisfactorio?
-Es un arma de doble filo, pero, por lo general, me encanta poder ayudarles.
-Ya metida en materia, ¿qué elementos decidiste conservar y qué otros renovaste?
-La reforma fue integral, aunque mantuvimos los cimientos y la fachada con algunas adecuaciones. Jacobo se encargó de la parte arquitectónica y el paisajista Jesús Moraime del jardín.
-¿Alguna anécdota del proceso que guardes con especial cariño?
-Las visitas de mi suegra al estudio. ¡Todos la adoran!
-¿Tenéis algún rincón favorito?
-Creo que en el comedor es donde pasamos los mejores ratos. Las sobremesas en familia no tienen fin.
-¿Quiere decir eso que sois “cocinitas”? ¿Qué recetas preparáis cuando os juntáis?
-No demasiado, en realidad. Pilar tiene varios platos que le salen de maravilla, como el pastel de verduras. Pero lo que más nos gusta es el aperitivo.
-¿Estás contenta con el resultado?
-Mucho, porque veo a mi suegra feliz rodeada de sus cosas: las que ha ido comprando, las que heredó de sus padres, las que le han regalado... Además, la casa está muy vivida.
-¿Hay algo de lo que te sientas especialmente orgullosa?
-Lo que más me divierte es colgar las obras de arte, colocar las esculturas, buscarle un sitio a cada pieza... La composición final, es ahí donde disfruto de verdad.
-¿Qué dirías que no puede faltar para que un espacio se convierta en un hogar?
-Una buena iluminación, una pieza de arte potente y una librería nutrida.
-¿Hay alguna firma a la que siempre recurras y también esté presente aquí?
-The IQ Home Collection, porque es infalible para montar una mesa ideal.
-En esta ocasión no has colaborado con Mercedes Valdenebro, con quien fundaste vuestro estudio homónimo en 2012. ¿Seguís tan compenetradas como el primer día?
-Lo nuestro ha sido un afortunado encuentro profesional y vital que se dio de forma natural. Es como otro matrimonio. Nos conocemos de siempre, ya que nuestros padres son grandes amigos y compañeros, aunque nos unimos mucho más cuando nos mudamos a Madrid.
-Además del nombre y la vocación, ambas sois sevillanas, descendéis de la aristocracia del toreo y tenéis tres hijos. ¿Explica esto vuestra enorme afinidad?
-Creo que hemos tenido una vida muy parecida desde pequeñas, y hoy en día más si cabe. Niños, maridos, planes similares... A las dos nos gusta la familia, comer bien, viajar...
-Hablando de planes, ¿cómo tenéis pensado celebrar este año la Navidad?
-En el campo, con mis padres, mis hermanos y mis sobrinos. ¡Es como un campamento! Pero el día de Reyes lo solemos pasar aquí, en el chalet de mi suegra.
-Os libráis de ejercer de anfitriones. ¿Cómo os desenvolvéis en calidad de invitados?
-Somos de poco protocolo. Vamos de casa en casa y disfrutamos de las tradiciones del roscón, los regalos, la cabalgata...
-¿Eres entonces una persona de tradiciones?
-Sí, me encantan, sobre todo ahora que soy madre. En Sevilla soy fiel a la primavera, la Semana Santa y la feria; en Madrid, a la noche de Reyes y a las fiestas del Pilar.
-Por último, cuéntanos cuáles son tus imprescindibles navideños.
-Mucho verde que recogemos en el campo y velas para ambientar, pero sobre todo, turrones, jamón y champán.
Hoja de ruta
- Compras deco: Mercedes recurre a varios anticuarios del barrio de Salamanca para encontrar muebles y objetos especiales: del que regentan Helena Egea y Carina Casanovas a Candelabro y Slou.
- Plan redondo: Nada le apetece más a nuestra protagonista que dar un buen paseo por el Rastro los domingos, comprar flores en Búcaro o Sally Hambleton, conversar y visitar un museo.
- A mesa puesta: Cuando ejerce de anfitriona, en su mesa siempre hay algo procedente de la naturaleza y, si esta tiene una “pátina bonita”, prefiere decantarse por manteles individuales y sacar la plata. Las velas, por supuesto, encendidas.