El estudio de Regina Dejiménez de la localidad alicantina de Pedreguer, situada entre el mar y la montaña, no solo es su lugar de trabajo y de inspiración, sino que acoge a cualquiera que quiera visitarlo o recibir alguno de sus cursos. La artista, experta en crear esculturas, murales e instalaciones con tejidos, ha expuesto de Nueva York a Líbano y ha ganado numerosos galardones internacionales. Su primera intervención a gran escala fue crear los tapices del lobby del hotel Nobu de Barcelona y colabora habitualmente con la firma Adolfo Domínguez.
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Regina creció entre hilos, en el taller de costura de su madre. “Allí pude apreciar las mejores calidades y con ella he aprendido mis primeras técnicas artesanales. Mi madre no solo hacía ropa, también coleccionaba tejidos y prendas y tenía muchas ganas de transformarlo. Esa materia (la ropa, los tejidos) se acerca a las personas de una manera íntima y cotidiana. Es el primer objeto que nos toca cuando nacemos y el último que nos cubre cuando morimos”, explica la artista.
En sus palabras, su trabajo es una exploración de los límites entre arte, artesanía y diseño, a través de la creación de instalaciones, esculturas y objetos. “Con estas manifestaciones artísticas materializo sensaciones. Cómo la materia fluye en sus diferentes estados en continua transformación de sí misma”. Cada obra, según Dejiménez, está meticulosamente diseñada para interactuar de manera única con su entorno. Su próximo proyecto es una colección de lámparas y apliques que se podrán vender online en su web (reginadejimenez.com)