Se han granjeado fama de ‘hogarizar’ las viviendas que caen en sus manos, por lo que no es de extrañar que se las rifen en la capital. “Damos mucha importancia a que nuestros espacios sean vivibles, armónicos y con una iluminación acogedora. En definitiva, que apetezca siempre volver a casa y sentirse a gusto”, dicen Cristina Chaves y Adriana Arranz. Arquitectas de formación, amigas y socias, abrieron su estudio en 2008, en plena crisis inmobiliaria, y lo bautizaron con los apellidos de sus madres, un homenaje a sus dos grandes referentes que, a juzgar por el más del centenar de casas reformadas que llevan a las espaldas, les ha dado suerte.
¿La clave del éxito? Como dos detectives, primero, empaparse al cien por cien de la forma de ser y la manera de vivir del cliente, para que su casa sea un calco de su personalidad; segundo, trabajar con mimo los materiales, desde los panelados en paredes y techos, hasta los detalles de carpintería y textiles. “Cada proyecto es como crear una pequeña obra de arte, un trabajo artesanal y elaborado que, al fin y al cabo, es lo que da calidez y riqueza espacial a nuestras casas”, aseguran.
Un ejemplo es la vivienda en Chamberí que ilustra estas páginas, de la que hace pocos meses entregaban las llaves tras un cambio radical. “Tenía una distribución compartimentada y oscura y hemos creado una zona de día conectada en la que todos los espacios se nutren de la luz natural. De esta forma, pueden usarse de manera conjunta o independiente”, resumen ambas.
En 3 claves
- De la vista al oído: “Conseguimos dar calidez a nuestras viviendas con el uso de materiales nobles, acompañados de textiles y papeles pintados, y con panelados en paredes y techos que dotan de un agradable confort acústico”.
- Fuentes de luz: “Además de abrir los espacios a la luz natural, por la que tenemos obsesión, pensamos siempre en la iluminación indirecta y cálida a base de apliques y lámparas bajas. Suelen decirnos que nuestras casas son igual o más bonitas de noche que de día”.
- Con personalidad: “Nuestro objetivo es que los espacios reflejen la personalidad de la gente que va a habitarlos y, por eso, cada casa tiene su sello personal, sus detalles únicos y su carácter propio. Eso es lo que ayuda a crear un hogar confortable y especial”.