Vive un idilio con el arte desde que apenas levantaba un palmo del suelo. Sus abuelos abrieron en los años sesenta Galería Kreisler, la más antigua de Madrid, y hoy en día Alejandra Kreisler vive volcada en los artistas que impulsa desde sus dos proyectos, vinculados al fascinante mundo que la rodea desde pequeña. De arte y mucho más nos habla en la casa de su padre en la capital. Spoiler: es lo más parecido a adentrarse en una galería en la que poder admirar desde cuadros de Eduardo Chillida o Francis Bacon hasta una espectacular fotografía de Jaume de Laiguana.
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-¿Cómo fueron los comienzos de tu familia en el mundo del arte?
-El arte ha sido siempre parte de nuestra historia familiar. Mis abuelos dieron los primeros pasos en 1965 al abrir la Galería Kreisler en Madrid y, desde entonces, nuestra familia está profundamente conectada con este mundo. Mi hermana Tamara, desde su galería, y yo, con mis distintos proyectos, intentamos mantener viva la herencia familiar y conservar la misma pasión que mis padres y abuelos por promover el arte y apoyar a artistas.
-Nos recibes en la casa de tu padre. ¿Qué es lo que más te gusta de ella?
-Que cada rincón tiene una historia. Es superagradable para vivir y el espacio está muy bien organizado. Me encantan los techos altos y el gran recibidor. También me divierten mucho las molduras y las columnas del salón que marcan los dos ambientes. Y adoro los suelos hidráulicos originales y la gran cocina. Con lo que me gusta cocinar, es uno de mis rincones favoritos de la casa.
-¿Tienes alguna obra de arte favorita?
-Lo que más me gusta de esta casa es cómo conviven las antigüedades familiares, como los bargueños y las tallas, con otras obras de arte. Es una mezcla ecléctica que refleja a la perfección la historia de mi familia. Entre mis piezas favoritas está la fotografía de Eulalie Martine, tomada por Jaume de Laiguana. También nos acompañan desde hace años obras de artistas clásicos como Mompó, Fernando de Szyszlo, Chillida, Tàpies, Bacon, Barceló y Picasso, algunas de las cuales son herencia de mis abuelos. Además, están las piezas de pintores y escultores vinculados a la galería de mi padre, como Fernando Sáenz de Elorrieta, Manel Anoro, Carmen Otero o Aurora Cañero.
-¿Cómo crees que ha cambiado el arte desde que tu abuelo fundó la galería?
-El arte evoluciona constantemente, tanto en cuanto a lo que representa como en cómo llega al público. Antes, visitar una galería era una experiencia mucho más formal, casi un ritual. Hoy, gracias a las redes sociales y a las plataformas digitales, el arte ha roto muchas barreras y se ha vuelto más accesible.
-Supongo que en tu casa todo ha girado siempre en torno al arte. ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia?
-El arte siempre ha sido parte de mi vida. Recuerdo las visitas a la casa de mis abuelos, donde convivíamos con muchas obras de arte, y luego estaba nuestra propia casa familiar, siempre llena de piezas especiales. Las inauguraciones en la galería de mi padre eran toda una ceremonia y desde pequeña tuve la suerte de conocer a muchos artistas. También viajábamos mucho y siempre visitábamos ferias de arte, museos, galerías y estudios, lo que me ayudaba a entender y conectar con la cultura de cada lugar.
-Y en la actualidad tienes una consultora de arte y una agencia de representación de artistas. Háblanos de ello.
-Llevo dos proyectos muy diferentes pero conectados. ThePartners es nuestra consultora, donde trabajamos con marcas e instituciones para integrar el arte en sus estrategias, ya sea a través de exposiciones, instalaciones o colaboraciones con artistas. Y luego está BigDays, nuestra agencia de representación de artistas, donde apoyamos en la gestión de su carrera tanto a talentos emergentes como a otros más consolidados.
-¿Cuál es la parte que más disfrutas de tu trabajo?
-Una de las cosas más bonitas es la posibilidad de acompañar a los artistas en su camino, ver cómo sus ideas se transforman en obras y cómo esas obras impactan en las personas. También me encanta ser ese puente entre coleccionistas y artistas, ayudando a encontrar la obra de sus sueños.
-¿Qué piensas que tiene que tener un artista para llegar al público?
-Autenticidad, un lenguaje único y una visión clara de lo que quiere transmitir. El público conecta cuando percibe que hay una historia o una emoción detrás de la obra.
-¿Qué consejo darías a otras personas para que puedan disfrutar y apreciar el arte?
-Que se acerquen a él con curiosidad y sin prejuicios. No hace falta ser un experto para disfrutar de una obra; basta con dejarse llevar por lo que sientes cuando la ves. Además, recomiendo visitar estudios de artistas, galerías, museos y exposiciones. Y que pregunten; entender el contexto de una obra te permite apreciarla aún más.
-Hablemos de decoración. ¿Te gusta?
-Me encanta mezclar estilos y piezas de distintas épocas; creo que las casas son un reflejo de la personalidad de quienes las habitan. Me gustan las piezas que me hagan sonreír y que me transmitan un recuerdo.
-Por último, ¿cómo te puntúas como anfitriona?
-Adoro recibir a amigos en casa. Disfruto mucho cocinando y cuidando cada detalle. Por estas fechas, siempre celebro Acción de Gracias y me encanta mezclar invitados: de artistas y familia a amigas de toda la vida.