Mesa en un comedor de invierno
De cara al invierno me apetecía montar una mesa en un entorno neutro, donde la madera lo invade todo con el fin de resaltar la vajilla, las flores y la ropa de mesa. En mi salón, con grandes ventanales que dan al campo y que dejan pasar la luz natural del día, organizo un almuerzo en torno a un plato típico toledano, las Carcamusas, un guiso de carne perfecto para un día de frío. Los platos pintados a mano con gallos son de mi amiga Natalia @nceronarte, que combino con servilletas de cuadros rojas, bajoplatos de rafia, cubertería de bambú y candelabros de barro. Para las flores siempre confío en Alfredo de @mauaestudiofloral y, esta vez, colocamos el ramo en una jarra de porcelana con rayas verdes. Es una mesa sencilla, sin pretensiones, pero que resulta muy versátil para cualquier tipo de reunión.
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Carcamusas
Ingredientes (para 4 personas)
- 800 g de magro de cerdo
- guisantes
- 1 lata de tomate frito (mejor aún hacerlo casero)
- 1 litro de vino blanco
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla
- 1 chorizo
- AOVE
- sal
“En un entorno neutro la madera lo invade todo con el fin de resaltar vajilla, flores y ropa de mesa”
Elaboración
Echa aceite de oliva en una sartén junto con la cebolla picada en juliana y el diente de ajo. Sofríe. Añade el chorizo y el magro y rehoga. Cuando esté listo, añade un litro de vino blanco para que ablande la carne y le dé sabor. Agrega el tomate frito, los guisantes y agua que cubra. Espera que rompa a hervir y tenlo en el fuego de 30 minutos a una hora, dependiendo de la carne.
Mi cocina
Probablemente sea el rincón de mi casa donde paso más tiempo. Los mejores recuerdos de mi infancia son entre fogones, alrededor de los cuales mi tata Marisa me dejaba embadurnarme las manos con harina y huevo, mientras la ayudaba a hacer croquetas. En mi casa apuesto por un suelo hidráulico de rombos, una pila de mármol, lámparas de techo y armarios de celosía en tonos verdes.
“Probablemente la cocina sea el rincón de casa donde paso más tiempo”
Flechazos
Amor por la lectura
De mi padre aprendí que una casa sin libros, no es una casa. Lo recuerdo recostado en su butaca de piel burdeos, rodeado de periódicos atrasados sin leer y una pila de libros. Cuando me aburría, mi padre fruncía el ceño y me alentaba para coger un libro de Julio Verne o los clásicos franceses del siglo XIX, que eran mis preferidos. En casa, los libros estaban ordenados por orden alfabético en la biblioteca que gobernaba el salón. He tenido la suerte de haber heredado aquella afición que intento transmitir a mi hijo Pepe, con el que leo un cuento todas las noches. ¿Qué mejor compañero que un buen libro?
Viaje a la ciudad de los treinta caballeros
Siempre es un placer visitar Córdoba. El gran amigo y diseñador de mi madre, Elio Berhanyer, era cordobés y cuando venía a casa los sábados cocinaba el mejor rabo de toro del mundo, un plato típico de su ciudad natal apto para los paladares más exigentes. Os invito a que caminéis por sus calles empedradas, que visitéis sus monumentos, su plaza de los artesanos, sus restaurantes y tascas. Adoro comer el pisto con huevo en La Ermita de la Candelaria, visitar el Cristo de los Faroles, comprar cestos en la Plaza de la Corredera y perderme en su mezquita. No podéis iros sin comprar un sombrero cordobés con ala ancha y copa cilíndrica que combina con cualquier look de campo y le da un toque sofisticado. ¿Lo mejor? Visitarla en mayo con todos sus patios en flor.
Mis 'tips' de Córdoba
- Os recomiendo que visitéis la iglesia de San Bartolomé, la Mezquita-Catedral de Córdoba, el Cristo de los Faroles y la Iglesia de San Pablo.
- Id a la plaza de los artesanos a comprar piezas de cuero y a la Plaza de la Corredera para adquirir cestos de mimbre hechos a mano.
- Tomad el aperitivo en Bodegas Campos y probad su ensaladilla de ventresca y sus gildas. Almorzad en La Ermita de la Candelaria; os recomiendo el carpaccio de lubina con salmorejo.
- Perdeos por sus calles y, si podéis, visitad Córdoba en el mes de mayo, cuando se celebra el Concurso de Patios, Rejas y Balcones.