Una mesa junto a un río
¿Hay algo más idílico que almorzar en una bonita mesa junto al río? En tierras segovianas, las chicas de @arquitecturadelorden y yo montamos un rincón al que no le falta detalle. Ponemos una mesita para el aperitivo que adornamos con un mantel floreado y donde los entrantes se riegan con un buen vino, gildas y queso de la zona.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El entorno invita a pasar lentas las horas así que disfrutamos de unas mantas sobre la hierba mientras en una olla ferroviaria se hacen, a fuego lento, las patatas con costillas. Es un menú sencillo y con mucho sabor que le da el toque casero al ambiente. El mantel de rayas, las sillas de madera plegables, la vajilla en tonos rosas y blancos, las flores… y los perros que campan a sus anchas pendientes de cualquier bocado que pueda aterrizar en el suelo. El sonido del agua es la banda sonora que pone música a nuestras conversaciones solamente interrumpidas por el paso de algún tractor de camino al campo. El pueblo está callado y nosotros felices.
“El mantel de rayas, las sillas de madera plegables, la vajilla y las flores, los perros que campan a sus anchas y el sonido del agua que es la banda sonora”
Costillas con patatas de gema
Ingredientes:
● ajos ● pimiento rojo ● pimentón ● patatas ● costillas de cerdo ● aceite de oliva ● sal
Elaboración
- Enciende la olla ferroviaria, pon el aceite en el perol, añade los ajos, pimientos y costillas y sofríe.
- Añade las patatas con agua y déjalas cocer al menos 20 minutos.
- Fríe unos ajitos con pimentón, añádelos también a las costillas, dale un hervor y sirve.
El campo entonces...
Guardo un magnífico recuerdo de mi niñez en el campo. Todas las Semanas Santas mi padre y mi madre nos llevaban a Sageras, la dehesa que mi padre tenía cerca de Ciudad Rodrigo. Recuerdo el viaje en coche y las paradas para almorzar en el camino donde llevábamos la tartera con filetes empanados y tortilla.
“En tierras charras aprendí a montar a caballo, ayudaba a mi padre a poner nombre a las vacas y me paseaba con los mastines como Pedro por su casa”
En tierras charras aprendí a montar a caballo con mi padrino Miguel, ayudaba a mi padre a ponerle nombre a las vacas y me paseaba con los mastines como Pedro por su casa. El olor a leña de la casa, la vieja olla donde se hacía el cocido y los días de herradero se me han quedado grabados en la retina. Aquellos fueron años maravillosos.
...El campo ahora
De aquellos años vividos me queda mi pasión y amor por los animales y la naturaleza. Ha pasado mucho tiempo, pero sigo creyendo que una infancia en el campo es la mejor educación que le puedo dar a mi hijo Pepe. El campo arraiga, enseña y otorga. El campo es meditación, es silencio y es calma. Me gusta levantarme temprano, dar de comer a los caballos y las gallinas y no se me caen los anillos a la hora de cargar alpacas. Los días pasan como tienen que pasar, sin prisa.
Mis imprescindibles en el campo
Soñé con África
Adoro el continente africano. Cada vez disfruto más los viajes de contraste donde nada se parece a lo que estamos acostumbrados. Viajar a Lamu, Kenia, fue una experiencia maravillosa. Está construida en piedra de coral y madera de mangle. Me impresionaron sus puertas de madera artísticamente talladas, sus patios interiores y sus barandillas.
La gente es cercana y sencilla. Lamu es un edén sin coches donde el burro es el principal medio de transporte. Esta isla paradisíaca, llena de caminos de arena, ofrece tranquilidad al visitante. Todo un viaje para el recuerdo.
“La gente es cercana y sencilla. Lamu es un edén sin coches donde el burro es el principal medio de transporte”
Mis tips de la zona
- Os recomiendo alojaros en el hotel Peponi, donde las habitaciones están decoradas con mucho gusto y su terraza se anima en las tardes calurosas.
- Pasead y perdeos por sus pequeñas calles de arena, donde compartiréis espacio con burritos y lugareños.
- Visitad el Museo de Lamu, sus playas y su puerto.
- Obligado navegar en un velero típico y recorrer toda la costa.
- Los restaurantes que más me gustaron son Moonrise Restaurant y Kijani Rooftop Restaurante & Bar. También podéis comer en cualquiera de sus puestos callejeros y comprar souvenirs en sus pequeñas tiendas.