Lo de la interiorista Teresa Galán con su nueva casa, situada a las afueras de Madrid, fue un auténtico flechazo. Nada más verla, supo que este sería el hogar al que se iba a mudar. “Cuando la vi sentí que era lo que buscaba, me dio muy buen feeling. No lo dudé; fue un tema de química”, afirma. Dedicada al interiorismo desde hace tres décadas, su filosofía y su buen hacer se resumen en una frase: “Les ayudo a conseguir sus objetivos, procuro ponerme en su lugar entendiendo sus necesidades. Es un trabajo donde la psicología y la empatía son muy importantes”. Sus hijas, Mariana, fundadora de la empresa de ocio infantil Kor Planet, y Leticia, procuradora, son sus mejores aliadas.
-¿Cómo describirías el estilo que define tu casa?
-Teresa: La verdad es que no creo que tenga un estilo concreto. He ido adaptando cosas a mi forma de ser y tipo de vida. Antes vivía en una casa mucho más grande, y esta es cómoda y acogedora . Además, está llena de luz.
-¿Qué dirías que es lo que te enamora de ella?
-Lo alegre y luminosa que es. Me da paz y tranquilidad.
“Me encanta recibir en casa y, como buena navarra, reunirse alrededor de una mesa es muy importante para mí” (Teresa)
-¿Cuál es el rincón en el que pasas más tiempo?
-Una butaca que tengo frente a mi jardín, con una televisión empotrada en un armario, que no se ve. Un rincón recogido donde me siento muy bien.
-¿Y cuál es tu pieza favorita?
-Una virgen pequeñita que he colocado en una estantería y a la que le pido muchas cosas, aunque a veces no me hace mucho caso.
“Me encanta la forma de decorar que tiene mi madre, sus gustos y la perspectiva que tiene de los espacios” (Leticia)
-¿Cómo empezaste en el mundo de la decoración?
-Empecé cuando me vine a Madrid con 22 años. Yo había empezado a estudiar arquitectura en Pamplona, pero lo que realmente me gustaba era el interiorismo, quería dedicarme a ello y lo logré.
-¿Cuál es tu estilo a la hora de decorar las casas de tus clientes?
-Creo que el interiorista tiene que adaptarse a las necesidades, situación económica y gusto de sus clientes. No todo vale para todo el mundo ni para todo tipo de vivienda.
-¿Te gusta recibir en casa?
-Me encanta recibir y que la gente se sienta como en su casa. Para nosotros cualquier excusa es buena para celebrar algo. Como buena navarra, reunirse alrededor de una mesa es muy importante. Es un tema casi cultural. Lo que más me gusta es empezar con un buen aperitivo y unas verduras de la tierra.
-Mariana, Leticia, ¿cómo diríais que es la relación con vuestra madre?
-Mariana: Hablamos todos los días, varias veces además. Estamos las tres muy unidas, nos necesitamos y todo lo compartimos. Es además una relación exigente e intensa, diría yo.
-Leticia: Nuestra relación es buenísima, pero tenemos el inconveniente de que mi madre y yo somos demasiado iguales. ¡A veces me dice que le da hasta un poco de miedo!
“Mi hermana y yo hablamos con mi madre todos los días varias veces. Estamos las tres muy unidas. Nos necesitamos y todo lo compartimos” (Mariana)
-¿Coincidís en gustos estéticos con ella?
-Mariana: No tenemos gustos exactos, pero sí diría que coincidimos bastante.
-Leticia: Me encanta la forma de decorar que tiene mi madre, sus gustos y la perspectiva que tiene de los espacios; yo soy bastante negada y no lo consigo ver. También discutimos bastante porque yo me empeño en cosas que ella no termina de ver por su experiencia y yo soy bastante cabezota. También hay cosas que a mi madre, de verlas todos los días, la aburren y no quiere poner, y en las que yo me empeño. Desgraciadamente para mí, ¡siempre tiene razón!
Al aire libre
A mesa puesta
Los días primaverales invitan a salir al jardín y comer en el exterior. Flores naturales en la mesa, manteles de colores claros o estampados vivos y una vajilla con motivos florales o de animales son perfectas para una jornada al aire libre con buen tiempo.
Sonidos relajantes
El sonido del agua cayendo es uno de los más relajantes de la naturaleza. En este jardín, una fuente aporta el momento de paz y calma.
Rincón ‘chill out’
Sillones, tumbonas y sofás de exteriores mullidos bajo una buena sombra de la que disfrutar del aire libre son el ‘abc’ de un buen jardín.