No hay duda de que la vida tiene otro ritmo en la comarca de Pla de l’Estany, donde crecieron Esther y María Fábrega, las dos hermanas que apostaron por dejarse llevar por su pasión por la artesanía de las distintas culturas del mundo y hacer de ello su profesión. Fundaron Cashfana mientras aún estaban estudiando, y tras unos años en los que fue más un hobby que un trabajo, hace ahora cuatro años decidieron profesionalizarse y el éxito fue inmediato.
Hoy, iconos de estilo como Sassa de Osma, María Pombo o la propia Reina Letizia acostumbran a lucir sus diseños, que arrasan en redes sociales. Ellas, sin embargo, continúan disfrutando de los pequeños placeres de siempre en su Gerona natal, a donde vuelven siempre que sus nuevas vidas -María vive en California y Esther, tras un tiempo en Nueva York y Barcelona, ha vuelto a Gerona- se lo permiten. Allí, alejados de todo el ruido, nos reunimos con ellas, para conocer su región, Pla de l’Estany, y la masía en la que se refugian siempre que necesitan desconectar... o volver a conectar y encontrar la inspiración.
“Aquí es donde empezamos a percibir la belleza de los bosques y las flores cuando nuestros padres nos llevaban de excursión, y donde despertó nuestra inquietud por la fauna autóctona” Esther
-¿Qué relación os une a este lugar?
-Esther: Desde pequeñas la naturaleza siempre ha sido una de las fuentes de inspiración de todas nuestras ideas, y en este aspecto toda la zona de Banyoles y la Garrotxa siempre ha tenido un papel muy importante. Aquí es donde empezamos a percibir la belleza de los bosques y las flores cuando nuestros padres nos llevaban de excursión y donde despertó nuestra inquietud por la fauna autóctona. De lugares mágicos como este es de donde han surgido la mayoría de ideas de nuestras colecciones, sin estas experiencias sería mucho más difícil crear colecciones como la de los insectos o la de las flores, de nuestras favoritas.
-¿Cuál es la historia de esta casa?
-María: Mas Ferrer es una masía de 1640 en la que vivían los payeses con los animales que cuidaban. A día de hoy -actualizada por Debbie, su actual propietaria, que es muy cercana a nuestra familia- aún conserva la gran hoguera que usaban para cocinar. Es un lugar que invita a relajarte y gozar de la naturaleza, al que solemos venir con nuestra familia y amigas siempre que podemos.
“Es una masía de 1640 en la que vivían los payeses con los animales que cuidaban. A día de hoy conserva la gran hoguera que usaban para cocinar” María
-¿Podríamos decir que ha influido de algún modo en Cashfana?
-María: Esta casa y Cashfana tienen mucho en común: es una típica construcción del campo catalán que ha sabido adaptarse a los tiempos hasta convertirse en un lugar donde se respira tradición y modernidad a la par, tiene elementos que van mucho más allá de una moda temporal. Cashfana sigue el mismo espíritu, nace de la tradición, de la artesanía y de nuestros recuerdos de infancia, pero alimentamos nuestras piezas de modernidad, lo que las convierte en atemporales y con un alma muy propia.
-¿Cómo surgió, exactamente, vuestra firma?
-Esther: Fue en un viaje a Nepal durante la carrera. Ambas estábamos estudiando Derecho y, después de unas prácticas de verano en Bangladesh, quisimos visitar el país aprovechando la cercanía. Nuestros padres siempre nos han insistido en conocer lo propio y artesano de cada país, por lo que no podíamos volver a casa sin un montón de bufandas de cashmere para nuestra familia y amigas. Al tener tan buena acogida decidimos hacer una marca y venderlas. ¡En la universidad todo el mundo conocía nuestras bufandas! Ese fue el germen de Cashfana y lo mantuvimos como hobby hasta que en 2020 nos profesionalizamos y optamos por mantener el nombre pero cambiar el producto. Habíamos estado poco antes en Italia y conocido a una artesana que hacía cosas preciosas. La contactamos e hicimos nuestros primeros diseños... ¡y la aceptación fue increíble!
“Nuestros padres siempre nos han insistido en conocer lo propio y lo artesano de cada país, por eso cuando estuvimos en Nepal no podíamos volver a casa sin un montón de bufandas de cashmere...Ese fue el gErmen de Cashfana” Esther
Aire viajero
- Apuesta por el color
Tanto en moda como en decoración, si quieres conseguir un look que remita a viajes lejanos y destinos exóticos, no puedes caer en el monocromatismo. Combina distintos tonos, sin miedo, así como estampados y texturas variadas.
- Mezcla y acertarás
Para cualquier viajero que se precie es imposible decantarse por un solo lugar, un solo recuerdo... Allá donde vayas, llena tu maleta de textiles locales y menaje hecho a mano, y haz que todo conviva en armonía.
- Saludo al sol
Si esta es tu apuesta, olvídate de colores oscuros o cortinajes pesados. Juega con la luz natural -¡el mejor antídoto contra el jet lag!- y rodéate de tejidos livianos, superponiéndolos cuando haga falta, en colores luminosos. Opta también, importantísimo, por fibras naturales y por algún guiño directo al folclore local...o al de tu destino preferido.