Mano derecha de su padre en el negocio del vino durante años, en 2019 la hija mayor y más discreta de Carlos Falcó abandonaba la bodega familiar creada por el marqués de Griñón para lanzar su propia marca de vinos junto a Sierra Cantabria y los hermanos Eguren. Convertida en una empresaria y enóloga de éxito, la marquesa de Mirabel es también la presidenta del Círculo Fortuny, baluarte de la excelencia, la creatividad y la cultura españolas. De esto y mucho más hablamos con la aristócrata en Viñedos de Páganos, Álava, acompañada de su perro Humo y con el paisaje de la Sonsierra como telón de fondo.
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“Mi padre fue un pionero en el mundo del vino. Él me enseñó la importancia de cuidar de la viña y del suelo de forma sostenible y buscando siempre la excelencia”
-Antes de asociarte con los Eguren, trabajaste con tu padre en la bodega familiar. ¿De qué forma te inculcó el gusto por el mundo del vino?
-Mi padre fue un pionero en el sector, introdujo técnicas y variedades internacionales que nunca habían sido plantadas en España. Pero, quizá, su aportación más relevante fue divulgar el concepto de vino de Pago, que es un término de la antigua Roma usado para describir una pequeña parcela de viñedo. Él me enseñó su importancia y a cuidar de la viña y del suelo de manera sostenible a lo largo de todo el año, buscando siempre la excelencia en los racimos. Solo con uvas singulares se pueden elaborar vinos de calidad. Viajar con él para mostrar las referencias de Marqués de Griñón fue un privilegio. Guardo anécdotas increíbles.
-Al igual que él hiciera contigo, ¿le transmites este legado a tus hijas?
-Me gusta trasladarles los valores del campo y de la sostenibilidad, e intento educar su memoria olfativa. Ya desde que eran pequeñas dábamos paseos y les enseñaba a identificar esos olores que, luego, buscamos en una copa de vino.
“España es un país de grandes tintos y blancos, pero faltaba un rosado elaborado con las mejores uvas posibles. XF es un vino de aperitivo y también gastronómico”
-¿Te gustaría que tomaran el relevo?
-Me encantaría, pero mis hijas son libres de elegir su camino. Esta es una profesión muy vocacional y te tiene que apasionar para dedicarte a ella.
-Una pasión que, a día de hoy, compartes con los hermanos Eguren, cuarta generación de Viñedos y Bodegas Sierra Cantabria. ¿Cómo surgió esta alianza?
-Marcos y Miguel Eguren forman parte de una de las familias con más solera de la región riojana. Marcos es considerado uno de los mejores enólogos de España y del mundo. Nos conocíamos de coincidir en catas y compartimos los mismos valores. Por eso, cuando decidí elaborar mi propio vino, pensé en ellos como los socios perfectos.
“La boda de Tamara fue mágica. Me encantó poder brindar por su felicidad con XF y mirando al cielo”
-Ahora cuentas con un rosado bautizado con tus iniciales. ¿Por qué está variedad?
-Ya vamos por la cuarta vendimia de XF, ¡parece mentira! Lanzamos la primera en 2020 y empecé a trabajar en la idea de un proyecto que aportara algo nuevo en 2019. España es un país de grandes tintos y blancos, pero faltaba un rosado elaborado con las mejores uvas posibles. Su consumo no para de crecer, pero aquí seguimos creyendo que es un vino menor y no tiene por qué. La clave está en el origen y la calidad de las uvas y en el proceso. XF es perfecto para disfrutar como aperitivo y como vino gastronómico.
-¿Cómo fue el diseño de la etiqueta?
-De mi padre también aprendí a vestir las botellas. El diseño de XF se inspira en el vino que lleva dentro: alegre, elegante y con aroma a flores blancas y a frutas. Al principio pensamos en llamarlo Mirabel siguiendo la tradición de usar el título nobiliario, pero al final decidimos que mis iniciales simbolizaban ese algo nuevo y vibrante. Únicamente dejamos la corona y la fecha de concesión del marquesado por parte de Carlos V a mis antepasados en 1535.
-¿Qué supuso para ti brindar con él en el enlace de Tamara?
-Su boda fue mágica. Cada detalle estaba cuidado al milímetro y me encantó poder brindar por su felicidad con XF y mirando al cielo.
“Inicialmente pensamos en llamar al vino Mirabel, pero al final optamos por mis iniciales. Solo dejamos la corona y la fecha de concesión del título del marquesado”
-¿Para cuándo tu propia bodega?
-(Risas)De momento estoy encantada con Marcos y Miguel Eguren en Sierra Cantabria. Tenemos el rosado y ya estamos trabajando en otros proyectos.
-¿Qué parte del proceso de elaboración disfrutas más?
-La vendimia es maravillosa. La ilusión de probar los primeros mostos y ver el potencial de la nueva añada es una sensación única.
-Aunque independizada de la bodega familiar, tomaste el relevo de tu padre al frente del Círculo Fortuny. Cuéntanos más acerca de esta iniciativa y de tu labor.
-Se trata de una asociación que agrupa 72 marcas e instituciones (los museos del Prado y del Thyssen, el Teatro Real, Loewe...) que comparten el objetivo de promover la excelencia, la creatividad y la cultura hechas en España. Defendemos la importancia de un sector que constituye un pilar para la economía de nuestro país y una gran oportunidad de crecimiento.
-Lo que nos lleva a preguntarte qué significa para ti el lujo.
-Para mí tiene que ver, más que con el precio, con el saber hacer y el conocimiento de un oficio. Todas las marcas que promovemos han empezado en las manos de un maestro artesano.
-¿Se puede hablar de lujo en el sector del vino?
-Por supuesto, el vino forma parte de la excelencia. En Círculo Fortuny, además de Sierra Cantabria y Marqués de Griñón, contamos con otras cinco bodegas. El concepto del lujo ha ido evolucionando de los bienes materiales a las experiencias, y es ahí donde entra la gastronomía. Para mí no hay mayor lujo que poder vivir momentos únicos, como un viaje con mis hijas o una tertulia con familia y amigos alrededor de un buen vino.