Mónica Anoz: Cuento de otoño

La estilista nos recibe en su recién estrenada casa al norte de Madrid, un espacio que decoró con la ayuda de su madre, la interiorista Virginia Nieto, y en el que ha desplegado toda su creatividad.

4 de noviembre de 2023 - 14:44 CET4 nov 2023 - 14:44 CET

Para Mónica Anoz retapizar un sofá, diseñar un mural para una pared o dar la vuelta por completo al salón siempre han sido cosas de lo más cotidianas. Su madre, la interiorista Virginia Nieto, quiso que sus hijos viviesen su oficio y pasión junto a ella desde muy pequeños, y en el caso de Mónica eso hizo mella de un modo especial en su carácter. Apasionada de la moda y el diseño en todas sus vertientes, hoy es una de las influencers más conocidas de nuestro país gracias a un estilo de lo más personal, de esos con los que se nace o no. A su trabajo como prescriptora y estilista, se suma ahora una firma, The Trenza, en la que lleva trabajando más de dos años y que en un principio constará de una serie de zapatos producidos de forma artesanal en España, pero poco a poco irá sumando otros productos hechos a mano en nuestro país. Aparte de esto, tuvo tiempo en el último año de poner a punto su primer ‘hogar’ junto a su novio, Ignacio Álvarez: un bajo con un impresionante jardín, más grande que la propia casa, en Pozuelo de Alarcón.

-¿Cómo encontrasteis esta casa? ¿Mirasteis muchas?

-A mí siempre me había gustado esta zona porque es muy tranquila y tiene muchas zonas verdes muy bonitas, que dan mucho juego, y además está muy cerca del centro de Madrid. No estábamos realmente buscando, pero surgió la oportunidad de vivir en esta casa, que tiene un jardín maravilloso, y no nos lo pensamos. Siempre he estado rodeada de perros en casa de mis padres y sabía que yo tendría también uno; por eso, que la casa tuviera jardín, era algo muy importante para mí.

-¿Hicisteis alguna reforma al llegar?

-No, aún tenemos pendiente hacer algunas cosas, como reformar la cocina y unas cuantas ideas más que tengo en mente, pero lo que sí hice nada más llegar a la casa fue quitar las puertas que separaban el salón del resto de la casa. Quería dar más sensación de amplitud a esa zona, y solo cambiando las puertas por cortinas creo que se liberó mucho el espacio. Poco a poco iremos haciendo más cositas.

“Soy muy familiar, así que reunir a los míos en torno a una mesa bonita para dar las gracias y compartir me parece muy buen plan”

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-Tras estos meses viviendo aquí, ¿cómo definirías la casa a día de hoy?

-Creo que es una especie de casa encantada, con nubes pintadas en el techo del salón, vírgenes en las mesillas de noche, amuletos colgados por todos lados… Quizás dentro de unos años sea algo más sobrio, pero de momento me encanta esto.

-Háblanos de las piezas más especiales para ti de la decoración.

-Me encanta un cuadro que compré hace poco en la galería Belmonte de Augusta Lardy, una pintora suiza maravillosa. También una mesa de bar antigua que tengo en el salón que me apasiona. La compré en Can Sab, un anticuario de Menorca, que es una visita obligada cada vez que viajo a la isla. Me gusta comprar cosas en los viajes que hago, es como traerme un pedacito del país. Todos los jarrones y piezas que tengo en las estanterías se han convertido en objetos imprescindibles de mi casa.

“Aún tenemos pendiente hacer algunas cosas, como reformar la cocina, pero lo que sí hice nada más llegar a la casa fue quitar las puertas que separaban el salón del resto de la casa”

Hola Living_Monica Anoz6442-Collage-U45755507808ESK — Arriba, en su habitación, con cómoda vintage, cojines uzbekos, y papel pintado de Ottoline Devries.

-¿Te ayudó tu madre con el interiorismo?

-Sí, por supuesto. Mi madre fue muy importante a la hora de decorar mi casa. Admiro mucho su capacidad para mantener su identidad y al mismo tiempo amoldarse al gusto de cada persona, me parece un auténtico don.

-¿Cómo fue crecer con una madre interiorista?

-Muy divertido y enriquecedor, y creo que es algo que me ha llevado a desarrollar mucho más mi parte creativa. Mi pasión por todo lo relacionado con el arte, la moda y el diseño de interiores se lo debo en gran parte a ella, porque siempre me ayudó a desarrollarla.

“Creo que es una especie de casa encantada, con nubes pintadas en el techo del salón, vírgenes en las mesillas de noche, amuletos colgados por todos lados...”

-¿Cuál es el primer recuerdo asociado a ese mundo de la decoración que tienes?

-Las mañanas en El Rastro, buscando cosas con mi madre para nuestra casa o para los proyectos en los que estaba trabajando. Además, pasamos mucho tiempo juntas en el estudio rodeada de telas y de todo tipo de colores que desde muy pequeña estimularon mi curiosidad por la decoración.

-¿Celebras Acción de Gracias?

-No solía, pero me gusta mucho el mensaje de agradecimiento de esta celebración. ¡Me gusta que esté asentándose en España! Yo soy muy familiar, así que reunir a los míos en torno a una mesa bonita para dar las gracias y compartir me parece muy buen plan. Y además da pie a poner una mesa preciosa en colores otoñales.

“Siempre he estado rodeada de perros en casa de mis padres y sabía que yo tendría también uno; por eso, que la casa tuviera jardín era muy importante para mí”

Crema de calabaza

Ingredientes:

● 1 calabaza ● 1 cebolla ● 1 puerro (la parte blanca) ● 2 o 3 zanahorias ● caldo de pollo ● aceite de oliva virgen extra ● un chorrito de nata o leche evaporada ● semillas de calabaza o piñones para decorar

Elaboración

Pelar y cortar en dados pequeños la calabaza y el resto de los vegetales.
En una olla con un poco de aceite, dorarlos a fuego medio hasta que estén ligeramente caramelizados.
Después, añadir el caldo y cocer 15/20 minutos.
Triturar y añadir un poco de nata o leche evaporada.
Se puede rematar con unas semillas de calabazao piñones tostados.

“Crecer con una madre interiorista creo que es algo que me ha llevado a desarrollar mucho más mi parte creativa. Mi pasión por todo lo relacionadocon el arte, la moda y el diseño de interiores se la debo en gran parte a ella”

-¿Te gusta recibir?

-¡Me encanta recibir en casa! Yo suelo encargarme de la mesa. Me gusta que tenga toques especiales: flores, velas, un mantel maravilloso… Pero no soy nada cocinitas. Tengo la suerte de que mi novio sí lo es. Lo que más le gusta del mundo es cocinar y lo hace realmente bien. Así que esa parte… ¡se la dejo toda a él!