Cuando se conocieron Carlos Martínez y Nicolás García el flechazo fue tal que enseguida decidieron dejar sus trabajos -el primero en una boutique madrileña y el segundo en la empresa cafetera de su familia- y emprender una aventura juntos en la que poder centrarse en todo lo que les gusta. Desde la casa familiar de Nicolás en Los Oscos, un bucólico concejo en la parte interior oeste de Asturias, comenzaron a formarse y a investigar sobre el mundo de los aromas, seducidos por los procedentes del propio entorno. Así nació Eleven People, su marca de aromas para el hogar, producidos de forma artesanal y sin conservantes ni derivados del petróleo, y el precioso estudio, en el antiguo pajar de la finca, en el que imparten talleres a los visitantes.
“Queremos situar Los Oscos en el mapa, haciendo que la gente venga a este paraíso a desconectar y a aprender nuevas artes y oficios”, Nicolás
-¿Cuál es la historia de este lugar, Nicolás?
-A esta finca se la conoce por el nombre Aquel Cabo y sus construcciones fueron edificadas en 1762 por cuatro hermanos, de los cuales tres de ellos eran eclesiásticos. A consecuencia de un pleito con los monjes del monasterio de Villanueva, hicieron esta casa fuera de su jurisdicción, y fue pasando de generación en generación por mayorazgo hasta llegar a mi abuelo.
-Cuando estáis aquí compartís casa con tu abuela. Imagino que será superespecial…
-Sí. Aquí tengo infinitos recuerdos, ligados sobre todo a mi infancia, de aquellos veranos eternos, rodeado de familia y sin parar de jugar con primos y amigos hasta bien entrada la noche. Ahora, como adulto, me encanta venir siempre que puedo y disfrutar de mi persona favorita, mi abuela, que vive aquí la mayor parte del año. Tenemos una relación muy especial y nos encanta gastarnos bromas. Para mí, disfrutar de su tiempo y escuchar sus historias es un regalo. Me encanta salir al jardín con ella, su pasión. Es capaz de estar trabajando en la misma planta durante horas. Cómo mira cada hoja, la delicadeza con las que las trata… es una maravilla poder compartir esos momentos mientras disfrutamos charlando y riéndonos.
“La primera vez que vine a este sitio me quedé maravillado por su arquitectura y paisajes, que son pura inspiración”, Carlos
-Carlos, ¿qué te pareció a ti este sitio la primera vez que viniste?
-Aún recuerdo mi primera visita. La sensación era como estar viviendo en un cuento. Me quedé maravillado por su arquitectura y paisajes, que son pura inspiración para mí y para nuestro proyecto. Vengo de vivir en Caracas y Madrid y siempre fui una persona superurbanita, pero desde que vine por primera vez sentí que era el lugar donde tenía que nacer nuestro proyecto.
-¿Por qué lo llamasteis Eleven People?
-Carlos: Yo nací un 11 del 11 a las 11:11 de la noche. Así que para mí es un número importante que me ha acompañado toda mi vida: la fila del avión, el número de habitación en un hotel… Y Nico tenía un proyecto anterior cuyo nombre era un juego de números, con los dígitos 8, 9 y 10, así que no hubo dudas: tenía que llevar el número 11 por algún lado. Y ‘people’ viene de nuestro amor por el mundo de los aromas y su vinculación con las emociones y los recuerdos que nos llevaron a crear 11 blends -los llamamos así porque Nico viene de una empresa cafetera y yo de un país cafetero... así que sentimos la conexión entre ambos mundos-, inspirados en aquellos lugares, viajes y personas que tratamos de reflejar enlos aromas.
“Aquí tengo infinitos recuerdos de infancia, de veranos eternos, rodeado de familia y sin parar de jugar con mis primos”, Nicolás
-¿Cómo ha revitalizado el proyecto este lugar?
-Nicolás: Decidimos montar un estudio para trabajar y organizar talleres en el antiguo pajar para potenciar no solo la vida rural, sino también el turismo en la región. Aportando nuestro granito de arena, queremos situar Los Oscos en el mapa, haciendo que la gente venga a este paraíso a desconectar y a aprender nuevas artes y oficios en un entorno de ensueño.
Dos días en la región
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