Cuando Magally y Mischka Capriles -fundadoras de Lamarca Well- se mudaron a España junto a los suyos, enseguida tuvieron claro que necesitaban un lugar en el que poder desconectar de Madrid, como solían hacer en Los Roques cuando aún vivían en Venezuela. Así dieron con una finca en Segovia que les robó a todos el corazón. Convertida hoy en punto de reunión para una familia que vuelve a estar repartida por medio mundo, La Serreta refleja también el amor y el compromiso de los Capriles por la sostenibilidad a través de un ambicioso proyecto de recuperación de tierras y especies antaño autóctonas.
“En 2018, nuestro padre leyó en el periódico lo que estaba pasando con los bisontes y llamó a la fundación que lucha por su conservación. Quedó enamorado del proyecto. Poco después llegaron los primeros, creo que eran unos 16... Y ahora hay más de 25”
-¿Cómo surgió la idea de recuperar bisontes?
-Magally: Los bisontes habitaban la península ibérica hace 10.000 años, como prueban las cuevas de Altamira, pero a comienzos del siglo pasado prácticamente se extinguieron y solo quedaron algunos en Polonia. Allí comenzó un programa de conservación que luego llegó a España. En 2018 nuestro padre lo leyó en el periódico y llamó a la fundación que lucha por su conservación. Quedó enamorado del proyecto. Poco después llegaron los primeros bisontes, creo que eran unos 16... Y ahora ya hay más de 25.
-¿Qué más abarca el proyecto?
-Magally: Otra de las cosas que hicimos al adquirir la finca fue transformarla en ecológica. La transición duró tres años, el tiempo que tardan las tierras en ‘limpiarse’. Se optó por cultivos que necesitasen la menor cantidad posible de agua. Hoy los garbanzos, maíz y ‘caraotas’ negras de Roots, nuestro restaurante en Madrid, son de la finca. Buscamos integrar la consciencia en todos los aspectos de nuestra vida. El proyecto de Lamarca Well es un reflejo de eso.
-También recuperáis ovejas merinas negras, ¿verdad?
-Mischka: Sí, tenemos alrededor de unas 500. Es un animal original de la península ibérica que se fue dejando de criar porque no era atractivo para la industria textil, y comenzó a desaparecer. En La Serreta son parte de lo que se llama agricultura y ganadería rotacional o regenerativa. Pastan en los campos, los abonan y ayudan a los cultivos evitando abonos químicos y preparando las tierras para los próximos cultivos. Se esquilan una vez al año y su lana tiene una fibra densa que transpira y tiene cualidades antibacterianas. Hoy en día ya ves algunas marcas que le dan valor a esta lana y hacen prendas con ella, como Icebreaker, que se vende en Lamarca Well.
-¿Qué planes hacéis cuando estáis en esta finca?
-Mischka: Compartir, simplemente, nuestro tiempo... Desayunar, comer y cenar juntos; hacer deporte; cocinar; poner la mesa; pasear; salir en caballo a ver animales; montar en bici; recoger frutas en el huerto con los niños. A veces también hacemos tiro con arco, bajamos al río a hacer pícnic o recibimos visitas de amigos... Y cuando es temporada, tenemos la tradición de asar castañas juntos en torno a una fogata. Es uno de nuestros planes favoritos.
“Aquí salimos a caballo a ver animales; hacemos tiro con arco o bajamos al río de pícnic. Y cuando es temporada, tenemos la tradición de asar castañas juntos en torno a una fogata”