Todo empezó cuando la casa situada justo encima de la de su hermana, la interiorista Soledad Suárez de Lezo, se quedó libre. El piso está en un edificio situado al lado del Parque del Retiro de Madrid. Juqui Suárez de Lezo, fundadora de Molecot, la firma de vajillas de Limoges pintadas a mano por ella y sus socias y amigas de la infancia, Marta Cotoner y María José González-Moro, lo tuvo claro. Vivir junto a su hermana era un sueño hecho realidad.
-Cuéntanos, ¿cómo tomasteis la decisión de mudaros aquí?
-Llevábamos tiempo buscando piso por el barrio de Salamanca y casualmente, justo antes de la pandemia, mi hermana nos avisó de que el piso de encima del suyo lo vendían, y rápidamente fuimos a verlo. La casa nos encantó a mi marido y a mí nada más verla y eso que estaba para tirarla abajo entera. Me pareció un sueño vivir en el mismo edificio que mi hermana y con los niños subiendo y bajando. Es un planazo. Justo después de la pandemia empezamos con las obras y acabamos de cumplir dos años viviendo aquí.
-¿Cómo definirías su estilo?
-Está en un edificio clásico de estilo haussmaniano, tiene los techos altos con molduras, suelo de madera de pino melis y de damero en mármol. Es clásica y contemporánea a la vez.
“Me pareció un sueño vivir en el mismo edificio que mi hermana y eso que la casa estaba para tirarla entera”
-¿Cuál es tu rincón favorito de la casa?
-Mi cuarto, con el vestidor y el baño, por el que entra una luz maravillosa y no hay ruidos. Las paredes están enteladas con un lino en un tono piedra que le da mucha calidez.
-¿En qué parte de la casa pasas más tiempo?
-En el cuarto de estar. Aquí estamos con los niños viendo pelis, jugando al parchís, unos pintan, otros hacen deberes... Y es donde tomamos el aperitivo.
-¿Cuál es la pieza decorativa de la casa de más valor sentimental para ti y por qué?
-Una cubertería de plata que me dio mi madre hace años, que a su vez era de su madre. La uso mucho en las cenas que damos, me va con cualquier vajilla y le tengo un cariño muy especial.
-¿Cuál es tu plan favorito para hacer a la vuelta de vacaciones?
-Me encanta alargar el verano y acabar en el campo, en la casa familiar, con mis padres y hermanos, todos los primos juntos.
“Mi habitación con el vestidor es mi lugar favorito de la casa. Entra una luz maravillosa”
-¿Eres de las que continúan con ciertas rutinas durante el verano o prefieres dejar que todo fluya?
-En verano mi única rutina es disfrutar y vivir sin prisas.
-¿Disfrutas recibiendo a gente en casa? ¿Qué menú sueles preparar para tus invitados?
-Me encanta recibir a amigos y a la familia. Me gusta implicarme en cada detalle: flores, jarrones, elegir la cubertería, los manteles, y por supuesto, pensar y decidir qué vajilla poner. Ya desde pequeña me gustaba involucrarme en las cenas que daba mi madre y me fijaba en cómo ponía la mesa o qué vajilla usaba para cada ocasión. En cuanto a los menús, me divierte darle vueltas, hacer pruebas, ver libros de recetas y pensarlo con antelación. Me encanta dar cenas sentados y acabar con un bufet de postres. A los invitados les gusta mucho.
-¿Qué es lo que más te atrae de este barrio?
-La casa está cerca del parque del Retiro, en pleno barrio de Salamanca. Y como te comentaba, encima de mi hermana y muy cerca de mis padres, de mi tía, mi suegra, mis primas… Somos una piña y nos encanta estar juntos. La ubicación es perfecta.
“Me encanta recibir en casa a amigos y familia. Suelo leer libros de cocina y experimentar con el menú”
-La has reformado con tu hermana. ¿Cómo ha sido el proceso?
-Tiene un talento especial, y se ocupó de la reforma integral de la casa. Fue un año muy divertido porque vivimos cada cambio muy de cerca y pude observarlo con ella al detalle.
-Háblanos de tu trabajo en Molecot, ¿cómo surgió la idea de crear la firma? ¿En qué os inspiráis para crear vuestras vajillas?
-Molecot nace de la pasión por las vajillas y las mesas bien puestas. Somos tres socias y, ante todo, amigas de la infancia: Marta Cotoner, Maria José González-Moro y yo. Cada una venía de mundos muy distintos: interiorismo, banca y abogacía, respectivamente. Empezamos hace 8 años y ya tenemos 20 puntos de venta en todo el mundo. Nos inspiramos en otras culturas, en nuestros viajes, en las tendencias de moda, en el mundo de la decoración, en la estética geométrica y en el arte en general.
-Con tu bagaje personal y profesional, ¿cómo sería la decoración de tu mesa ideal?
-Yo creo que cada sitio y cada momento del año tiene su decoración. Una mesa en el campo en invierno la pondría en tonos marrones y con flores recién cogidas, y una mesa al aire libre en verano con velas y un mantel de lino. Son distintas e igual de bonitas.
-¿Qué consideras que no debe faltar nunca en una mesa bien puesta?
-Un buen mantel de lino, flores y, cómo no, una buena vajilla de porcelana de Molecot.
-En tu familia hay varias personas dedicadas al arte y a la decoración, ¿de dónde os viene la vena artística?
-Es curioso, porque venimos de varias generaciones de abogados. En mi caso, nada más acabar la carrera de Derecho, yo misma ejercí durante 9 años, pero aquello no acababa de encajarme del todo. Yo creo que algún gen artístico sí que debemos de tener.
Consejos para poner la mesa
- El mantel: De lino, siempre. Puede ser liso, claro o estampado con algún toque de color. Este material atemporal sirve para cualquier estación del año.
- Verano vs invierno: La mesa en invierno se presta a tonos marrones y velas encendidas que dan una luz y un ambiente muy especial. En verano hay que apostar por colores claros y flores frescas recién cogidas.
- ‘Mix and match’: Los platos llanos, los de pan y los de postre deben ser diferentes entre sí. Esto aporta a la mesa un toque estiloso y original. Hay que saber combinarlos por colores o simple intuición y jugar con distintas formas.
- La vajilla: De porcelana, blanca y fina, que vaya con todo para que pueda pasar de generación en generación.