Cuestionario de la felicidad
No puedo elegir solo una, al menos tengo dos en empate. Y para no mojarme, te digo otras dos: yo, que me han enseñado a quererme bien y estamos viendo lo importante que es la autoestima, y Joaquín Sabina, por mi amor al arte.
No madrugar, partido de baloncesto con amigos, vermú y comida rica. Luego tarde de sofá viendo películas o series con mi chico. Y ponerme el despertador para ir el lunes a rodar.
Cada vez que me reencuentro con mi perra Robin, que vive en Santander; protagonizar un buen guion o un buen personaje; y la comida rica y los buenos vinos.
igre de Bengala, de Xoel López.
No hago dieta, pero si hay tortilla de patata, tengo que pedirla.
Los veranos en la caseta del yayo en la playa de la Magdalena, y ver películas en la casa de mis yayos cuando mis padres me dejaban con ellos. En general todos mis recuerdos son buenísimos.
De momento el de Tailandia, que fue mi luna de miel. Y producir la película Amigos hasta la muerte. Eso sí que ha sido un viaje.
Que soy muy afortunada porque me gusta mucho la vida que tengo y siempre tengo ganas del día siguiente.
A Santander, siempre. Y quisiera repetir la isla de Holbox.
Me encantan los atardeceres con un buen vino. Ese momento after work, ya sea al llegar a casa o tomando algo con mi chico, contándonos el día.
No confío en las apps, ninguna me resulta infalible. Te diría que la calculadora (risas).
Parar a pensar lo que me está estresando y si tiene solución. Y pilates con máquinas. Se pueden hacer las dos cosas a la vez (más risas).
Un buen chiste malo, bien contado.