Hay dos números clave en la vida de la prestigiosa interiorista Isabel López-Quesada y en la historia de su casa familiar en Biarritz, en la costa francesa. 18, los años que hace que construyó esta casa, y 40, los que lleva dedicada con un éxito rotundo al mundo del interiorismo. Cuando era adolescente, Isabel acompañó a su madre a cambiar el hall de su casa y ese día comprendió que la decoración era lo suyo.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
“Este año hace la friolera de cuatro décadas que monté mi estudio. No me ha dado tiempo a hacer balance todavía, pero sigo feliz haciendo lo que hago porque me entusiasma”, nos cuenta López-Quesada desde su paraíso elegido, acompañada de su hija, Isabel Llanza, que sigue sus pasos en el interiorismo y ha fundado la firma de decoración Isita.
“Esta casa es muy especial, la empecé hace 18 años. Era joven todavía pero, por lo que parece, ya sabía mucho. Aquí es donde desconecto y descanso de verdad. También vengo a trabajar, me traigo mis proyectos y es donde más me cunde. Viajo por Francia desde aquí buscando muebles, los almaceno y aquí mismo los restauran. Es un ‘showroom’ maravilloso”, explica Isabel.
“Cestas para recoger flores, una cafetera italiana, un colchón de rayas y cojines originales para leer cómodamente”
-Has sido una pionera total en España.
-Pioneros fueron otros. Paco Muñoz, Pascua Ortega, Jaime Parladé, Fernando Benjumea... Ellos estaban antes que yo, pero empecé muy joven, en los 80; entonces estaba todo por hacer en España, y enseguida viajé al extranjero y traje muchas cosas de fuera, muchas firmas. Aquí casi no había nada. Me alegra pensar que los jóvenes se miran en mí ahora.
-Tu hija Isa está siguiendo tus pasos, ¿tenéis gustos parecidos?
-Isabel López-Quesada: Ella tiene mucho gusto de forma innata. Trabajamos codo con codo, aunque me encanta que tenga iniciativa, se equivoque y aprenda. No quiero darle peces, quiero enseñarle a pescar.
-Isabel Llanza: Desde pequeña estoy impregnada por la decoración. Mi madre tenía su estudio, primero en casa y luego en la casa de al lado (nos separaba un patio), así que iba mucho a verla y a pasar las tardes. La he acompañado a visitas de obra, a viajes de trabajo, a ver proveedores… Soy curiosa, siempre he preguntado mucho y ella me cuenta de sus obras y sus ideas y de cómo funciona todo. Todo lo que sé, lo sé por mi madre. Me ha enseñado a tener ojo crítico y sensibilidad por las cosas bonitas. Cuando viajamos procuramos ir a hoteles bonitos, restaurantes, tiendas… Ver, aprender de los otros, inspirarnos… Siempre me ha dicho que es importante tener los ojos abiertos, que puedes encontrar inspiración en un olor, un estampado, un color, un cuadro…
-¿Qué tiene de especial esta casa de Biarritz para vosotras?
-I.L.: Es mi sitio favorito del mundo. Vengo cada vez que puedo desde que tengo 10 años y es donde estamos todos juntos. Es un paraíso, me transmite paz. Mis abuelos López-Quesada vienen unos días en agosto y es el punto de reencuentro. Hacemos mucha vida en casa, mi abuela y mi madre jardinean, comemos y cenamos en casa, nos bañamos en la piscina, leemos en el porche o bajamos a la cabaña a ver a mis tías. Las vacaciones, la Navidad, las cenas y los fines de semana con amigos que son familia son tradición.
-¿Cuál es vuestra pieza deco favorita de la casa y por qué?
-I. L.: La obra de arte de Gloria García Lorca del salón, los espejos de concha de mi cuarto, las costillas de ballena del hall , la colección de jarras blancas de la cocina… Tengo muchas.
-I. L-Q.: Me encantan los retratos de nuestros antepasados de la cocina, los muebles heredados de mis suegros, mis rosas, mis dalias, mis hortensias.
“Mi madre hizo la casa poco a poco. No ha cambiado nada. Lo que más se ha transformado es la naturaleza, que ha crecido muchísimo en 20 años”, cuenta Isabel Llanza.
-¿Os gusta recibir en casa?
-I. L-Q.: Me encanta. Uso manteles y vajillas diferentes según la época del año y ahora, con Isita, todo es más divertido y variado. Si somos pocos, recibo en la cocina; si no, lo hago en el comedor con la chimenea encendida. Si hace buena noche, en la pérgola de roble… ¡No me aburro! Mi menú estrella son los ñoquis (receta de familia), una ensalada y un brazo de gitano de chocolate y frutos rojos con crème fraîche.
-I. L.: Siempre que podemos preparamos cenas, vienen amigos a pasar la tarde, hacemos yoga… Intentamos venir lo máximo posible, sobre todo mi madre y yo. A descansar y a trabajar. Me encanta leer en el porche, trabajar con la chimenea encendida en invierno, dormir siestas infinitas, estar en la piscina… Es una casa que da igual el tiempo que haga, se puede disfrutar siempre. Cuando venimos, me cuesta mucho salir y hay veces que nunca llego a ir a Biarritz centro.
“Esta casa es mi sitio favorito del mundo, vengo cada vez que puedo desde que tengo 10 años”, dice Isabel Llanza.
-¿Ha cambiado mucho a lo largo de los años?
-I. L.: No, nada. Mi madre hizo la casa poco a poco. Primero empezó por la casita original, luego hizo un pabellón para el salón, un cuarto de invitados, el porche y la piscina y, por último, la cabaña. Lo que más ha cambiado ha sido la naturaleza, el jardín lo hizo Fernando Caruncho y ha crecido muchísimo en estos casi 20 años.
-En calidad de experta, ¿cómo es para ti la casa ideal?
-I. L-Q.: La que refleja lo que tú eres. Ese es nuestro gran desafío, descubrir lo que nuestros clientes buscan aunque ni ellos lo sepan, interpretarlo y hacérselo, y que lo hagan suyo. Mi casa ideal es una casa feliz: yo hago casas felices.
Direcciones favoritas
- Restaurantes: “La Plancha D’Ilbarritz; siempre voy a comer la lubina beurre citronné con patata asada -cuenta Isabel Llanza-. Me encanta Bar Jean para cenar desenfadado, Chez Albert en el Port Vieux, ver el atardecer en Les Cents Marches, tomar foie y vino en Le Comptoir du Foie Gras, los pop ups de Villa Magnan; y Gaztelur para comer, cenar, comprar antigüedades o hacer cursos de flores. Y voy mucho a Guéthary, que está a 10 minutos en coche, a cenar o pasar la tarde; el pueblo y el puerto son ideales y me encantan Iluna Bar o Heteroclito.
- Ruta de tiendas: “No voy mucho de compras en Biarritz, pero me encanta Madame y la versión de chico, Monsieur; Jinji para chico también es ideal y Sugar para mujer; Elysées Parfums para productos de belleza; Bookstore, que es la mejor librería de Biarritz; el Marché des Halles para hacer la compra cada mañana; el Hotel du Palais para tomar una bebida en la terraza al atardecer y Miremont para el mejor chocolat chantilly de la ciudad”.
-Hablemos ahora de Isita, ¿cómo surgió la idea?
-I. L.: El proyecto nace después de muchas conversaciones con mi madre. Sentía que faltaba un sitio donde poder comprar cosas bonitas a través de una experiencia. Siempre he querido tener una tienda donde puedas llevarte un jarrón o un mantel y pedirte un café a la vez o comprar flores para casa. Con Isita hemos intentado hacer eso, pero de forma digital, donde aparte de comprar un candelabro o una vela, puedas inspirarte de un estilo de vida.
-¿Cuál de las tendencias actuales de decoración es tu favorita?
-I. L.: No creo mucho en tendencias en la decoración, sino más bien en etapas personales. Tu casa no es eterna y lo importante es que vayas a una casa hecha hace 20 años y parezca que fue hecha ayer. Creo que Pinterest e Instagram han hecho mucho daño (y también han aportado cosas buenas). Gracias a ellas, la decoración se ha vuelto muy impersonal. Veo la misma cocina 200 veces, es más fácil copiar, la gente se inspira demasiado…